Hay que aprender de los que saben
Por
Jhon Jaime Osorio
Publicado en la columna "De largo aliento" del periódico El Deportivo el lunes 1 de abril de 2013
En el deporte nos falta hacer
benchmarking. Para que el anglicismo no nos asuste,
digámoslo en otros términos: nos hace mucha falta mirar las buenas prácticas
que hay en otros lugares para copiarlas y adaptarlas a lo nuestro. Una frase
más: necesitamos “transferencia de conocimiento” de los que saben, de los que
lo hacen bien. No hablo de copiar sistemas de competencia o tratar de aplicar
tecnologías que por costosas se salen de nuestro alcance; hablo de pequeños
detalles que, puestos en nuestra cotidianidad deportiva, nos pueden mejorar
muchísimo.
El tenis de campo y el ciclismo demuestran a diario lo importante
y posible que es mirar cómo lo hacen en otras partes. La forma de organizar la
logística o los servicios para la prensa, por ejemplo, las hemos importado y adaptado a los eventos nuestros,
y cosas elementales como el backing móvil que se usa en Europa para las
entrevistas en televisión ya la vemos en los estadios nuestros. Son pequeños
detalles que vistos en otras latitudes se pueden implementar sin mayores
esfuerzos. A eso me refiero con ese término en inglés tomado de las ciencias de
la administración.
Veamos ahora algunas para importar. Se podría copiar en el fútbol,
la forma en que se hacen las ruedas de prensa en Europa; con un solo periodista
por medio y una sola pregunta por periodista. Sería importante copiar de los
eventos internacionales esa forma de revalidar la cultura propia ante el mundo
en las inauguraciones y clausuras. Y qué bueno que deportes como el baloncesto
miraran la forma como la NBA monta espectáculos adicionales en cada partido, logrando mantener la tensión
y la atención a lo largo de 3 horas, incluyendo los 48 minutos efectivos de
juego.
Sobre este último punto y dado que la nueva etapa del baloncesto
profesional apenas comienza, vale la pena mencionar algunas otras ideas
sueltas: la NBA tiene en los descansos cortos espectáculos con bastoneras o con
mascotas, o reconocimientos a viejas glorias del deporte; y en el intermedio
hacen concursos con los aficionados en la cancha. Antes del juego tienen algún
show musical y a finalizar despliegan una fuerza de ventas para los souvenires
y recordatorios. Algo más elemental: cada equipo tiene una cortina musical
identitaria que sirve para mantener el entusiasmo y despertar pasión y fervor.
Estas últimas ideas ya las había conversado con los directivos de
uno de los equipos de baloncesto antes de comenzar la Liga. Hasta ahora, no han implementado ninguna. A la NBA le funcionan, y ellos son los
que saben, ¿o no? Ah, y que conste que la NBA también hace benchmarking
en los grandes eventos
del mundo.
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