jueves, 22 de septiembre de 2011

Mi columna en El Deportivo el lunes 19 de septiembre de 2011

LA INVITACIONAL FIESTA DEL BALONCESTO CRIOLLO
Por Jhon Jaime Osorio Osorio


Sin la bulla mediática del fútbol, pero  tal vez con muchas más emociones y en algunos casos con un espectáculo superior, comenzó este fin de semana la fiesta criolla del baloncesto. Siete equipos de igual número de ciudades iniciaron competencias en el Invitacional de  Baloncesto; un torneo que cada año es hecho con las uñas,  pero que nos alegra deportivamente el segundo semestre del año a quienes, como yo, disfrutamos estética y competitivamente de varias disciplinas.

Son varias las razones para ponderar este torneo, peo hay una geográfica que tal vez pasa desapercibida para muchos: de todos los deportes profesionales, o semi  profesionales como en este caso, que hacen certámenes de carácter nacional, es el único que tiene la participación de San Andrés y Providencia. Integra al archipiélago a su actividad, y aunque suene a lugar común, eso es hacer patria; como lo hace la Vuelta a Colombia con su recorrido, o como lo hace el Torneo Postobón de fútbol integrando a ciudades intermedias. Es algo elemental pero que muchas instancias y muchas actividades, olvidan fácilmente.

El baloncesto tiene su encanto como deporte de drama, de incertidumbre hasta el final; es dinámico como pocos y su variedad en acciones es ilimitada. Lastimosamente la falta de apoyo económico, los errores administrativos, la falta de visión de quienes lo manejan y la escasa cultura deportiva que se tiene en el país, no han permitido que en Colombia se consolide un proyecto serio para profesionalizar esta disciplina.

Por lo pronto,  disfrutamos de lo que hay. La Copa Invitacional es buena, es interesante, nos da una opción de diversión, nos muestra el talento nacional en este deporte, nos entretiene, nos pone a vibrar con partidos como el del viernes cuando el Orgullo Paisa superó a Cúcuta Norte en extra tiempo y nos hace cambiar el canal en búsqueda de los esfuerzos que hace la televisión regional para transmitir algunos partidos.

Ojalá este torneo crezca y se consolide; al país le serviría. Pero que no le pase al baloncesto lo que le pasó al fútbol de la B: que los canales regionales lo posicionaron y lo acompañaron durante años, hasta que sus miopes directivos decidieron acaparar los derechos de televisión para que nadie volviera a ocuparse de él.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Mi columna en El Deportivo, el viernes 16 de septimebre de 2011

LAS MATEMÁTICAS Y EL FÚTBOL
Por Jhon Jaime Osorio Osorio

Sé que es muy temprano para hacer cuentas; pero es necesario ponerle matemática a nuestro fútbol. Dirán que los números son fríos, pero no podrán afirmar lo mismo de las interpretaciones que se hagan de ellos. Miremos un solo ejemplo: van 5 fechas, es decir, que cada equipo ha disputado 15 puntos,  y entre el líder y el colero la diferencia es de de 8, es decir, casi 3 encuentros. La cifra como tal no dice mucho, pero permite afirmar que el torneo colombiano está nivelado y que hay fuerzas muy parejas todavía.

Al líder que es Medellín le falta un juego y tiene tres puntos en suspenso por la demanda de Itaguí. Al colero que es Chicó le faltan dos juegos, igual situación tiene América, que es penúltimo y a Equidad, el antepenúltimo, que tiene 3 puntos, le falta un compromiso. Es decir, que cuando se actualice el campeonato, podríamos tener una diferencia menor entre el puesto 1 y el puesto 18.

Mirémoslo de otra forma, también matemática: entre Nacional, segundo en la tabla con 8 puntos, y Cali, decimocuarto con 5, la diferencia es el resultado de un partido. Como clasifican 8, la pelea entre el puesto 8 y el puesto 18 es de solo 5 puntos, con los pendientes ya destacados.

¿Y para qué todas estas cuentas?, se preguntarán los lectores. Sencillo: para comparar y pensar. En Argentina los líderes son Boca y Lanús, han pasado  6 fechas y ya le sacan 14 puntos al colero. En España, luego de las primeras dos jornadas, Real Madrid, Valencia y Barcelona y le sacaban seis puntos al último. Por esos lares como que es distinto. O dicho de manera más directa: allá hay equipos grandes arriba y equipos chicos abajo. Acá estamos parejitos... ustedes dirán: o todos se volvieron grandes y se acortaron las diferencias, o lo contrario. Pero bueno, son solo elucubraciones con números.

Mi columna en El Deportivo el lunes 12 de septiembre

Y AHORA ES LEONEL
Por Jhon Jaime Osorio Osorio

Parafraseando la canción de Alberto Plaza, en el fútbol empezaremos a tararear: “ahora es Leonel… el que te quiere en exclusiva, el que te pide todo el tiempo, pregúntale a la vida dónde está la indicación”… que en este caso, estuvo en la Federación.  Como los maridos malos, buscaron fuera de la casa lo que tenían en ella, para finalmente volver a mirar hacia los criollos. Barajaron nombres, hablaron con algunos, y finalmente, luego de esperar forzosamente los dos partidos amistosos ante Honduras y Jamaica tomaron la decisión. Como quien dice, dieron lora y no se mostraron muy convenidos; pero ya la selección tiene Leonel, o mejor decir timonel, en propiedad.

Ahora viene los dos discursos. Por un lado el positivista, que hay que arroparlo, que tenemos que unirnos, que pongámosle fe, que conoce la eliminatoria y que él sabe muy bien lo que los jugadores quieren. Por el otro lado, el criticón, que cuál es el estilo, que a qué juega, que por qué 2-2 y no 3 -1, que cuándo va a llamar a  uno o que por qué no llamó al otro. Así es el fútbol en el mundo, de divergencias y de opiniones contrarias. El fútbol es un deporte de discusión.  Eso sí, con respeto. Ojalá a Leonel sí le dejen su vida personal por fuera. Y ojalá lo dejen trabajar tranquilo.

En lo personal, le creo. Lo vi dirigir al Medellín, lo vi correr al mismo ritmo de sus jugadores en los entrenamientos, lo vi proponer fútbol y arriesgar, lo vi aceptar críticas y reconocer errores en la derrota y lo vi celebrar con prudencia. Bueno, también lo vi jugar muchos partidos, pero eso hace parte de su historia como futbolista y no como técnico. En resumen, le creo a Leonel. Como le creo a Sachi, a Juan Carlos Osorio, a Hernán Torres y a varios técnicos colombianos que han demostrado seriedad, trabajo y conocimiento. No estoy en contra de que busquen afuera, pero sí estoy en contra de la improvisación y de salir a buscar por buscar. Lo que no creo es que en la Federación haya nombrado a Leonel por convicción.

Me suena a que fue un asunto de necesidad. Con Leonel, o con cualquier técnico, siempre haré fuerza por la selección nacional. Como a Leonel le creo, haré fuerza por él. Y como sé que a los técnicos los mantienen los resultados, y sé que la selección perderá partidos, haré fuerza porque no pierda tres partidos seguidos, pues esa corta cifra es muy significativa en eliminatorias, y es tan corta como la convicción que le veo a los directivos en el nuevo técnico nacional.

lunes, 27 de junio de 2011

Mi Columna en El Deportivo - Junio 28 de 2011

ESE GATO SÍ SIRVIÓ
Por Jhon Jaime Osorio Osorio


Es un veterano de 38 años de edad, pero corre con la ilusión de un niño de 5. Para ubicarse en el lote, para embalar y para subir tiene la malicia del felino que le dio su remoquete. En la Contrareloj final en el alto de Santa Elena sacó a relucir su experiencia de 10 años en el pedalismo europeo. “El Gato” Félix Cárdenas del GW Shimano se quedó con un título al que le había mandado el zarpazo en dos ocasiones sin poderlo agarrar: el de la Vuelta a Colombia.

La Vuelta del 2011 tuvo dramatismo de principio a fin. Basta con recordar que el prólogo en La Ceja se resolvió por un segundo a favor de Marlon Pérez sobe Oscar Sevilla y que la Vuelta terminó con victoria de Félix Cárdenas por apenas dos segundos sobre Giovanny Báez. Más apretada no pudo ser y más emocionante tampoco. La versión 61 del giro nacional varió su menú diario casi que en simultánea con el cambio cultural, gastronómico que se notaba en la geografía recorrida: espectaculares caídas, apretados embalajes, sorpresivas fugas, ataques permanentes y un promedio de velocidad que sorprendió día a día.

Más allá de los detalles ciclísticos, que son muchísimos, hay que hacer un comentario especial sobre el fervor por la Vuelta, sobre la pasión por el ciclismo que día a día entró en ebullición. Caicedonia, La Unión, Santa Elena, Puerto Boyacá y El Socorro, entre otros, descrestaron por su civismo, por la cantidad de gente esperando la consagración de los héroes del pedal y por sus recibimientos masivos.

Contrario a lo que algunos comentaban ayer sin conocimiento de causa, quienes estuvimos en la Vuelta podemos dar fe de que el giro nacional recuperó su esencia: la gente. Este espectáculo gratuito tuvo en esta ocasión alta calidad competitiva y una respuesta acorde con esa calidad. Las banderas de Colombia izadas en los balcones, los niños de las escuelas con sus profesores en las carreteras de todo el país, los “paseos de olla” y los campesinos que hicieron un alto en su trabajo para salir como antaño “a ver pasar los corredores”, despertaron la nostalgia pero llenaron de esperanza al mundo del pedal. Los buenos tiempos de los escarabajos, de un ciclismo que convoca, de un evento que saca gente a la calle, volvieron con fuerza y seguramente se quedarán.

Colombia tiene en Henao, Pantano, Romero y Osorio, entre otros, una nueva generación del pedal, que se mostró, que peleó la carrera y que en el futuro cercano seguramente llenarán de gloria al país. Colombia rindió homenaje a un evento lleno de historia, y la Vuelta recuperó su sitial como certamen de primer nivel. Eso sí, por ahora reconozcamos que en esta ocasión “El Gato” le puso el cascabel a la Vuelta.

martes, 17 de mayo de 2011

Mi columna en el Deportivo (Lunes 16 de mayo de 2011)

LA FIESTA EN LA CASA ES PARA BAILAR CON LA NOVIA
Por Jhon Jaime Osorio Osorio

De mis años de juventud recuerdo una frase que esconde una lógica pragmática: “uno hace un baile en la casa para bailar con la novia, no para que los amigos de uno se la bailen a ella y lo dejen a uno con la fiesta armada”.  La frase aplica en el deporte haciendo alusión a la organización de eventos deportivos de gran magnitud. Hay que pedir la sede de campeonatos mundiales y de eventos de orden panamericano latinoamericano, centroamericano y suramericano para que los deportistas nuestros consigan el título haciendo respetar su condición de local.

La historia reciente demuestra que así se ha hecho. Tengo en la memoria los Juegos Suramericanos Medellín 2010, los campeonatos mundiales de patinaje en Guarne, el Panamericano de Marcha Atlética en Envigado, el Campeonato Mundial de Fútbol de Salón, los Panamericano de Ciclismo en Pista y el Panamericano de Bicicross que terminó ayer en Bello, Antioquia. Esta lista, que alude a 6 eventos recientes, nos remite a contundentes victorias colombianas en eventos organizados en el país.

Obviamente, no todo lo que se organiza se puede ganar; el deporte es una incertidumbre total cuando de resultados se trata, y allí radica gran parte de  su encanto como actividad humana. Eso sí, los directivos deben entender que al pedir la sede de un evento internacional hay un compromiso grande con los deportistas de casa y el apoyo para la preparación debe ser total; y los técnicos y los deportistas deben ser conscientes de que la localía les da la ventaja de contar con el apoyo del público pero les implica una responsabilidad mayor.

Ayer, cuando dos jóvenes paisas, Mariana Pajón y “Tin” Castro, hicieron sonar el himno nacional en el Panamericano de BMX, me acordé de mi novia de juventud, para la que me inventé tres bailes en mi casa. También me acordé del profesor Lara y de sus dirigidos, todos ellos jóvenes y profesionales del fútbol, a los que se les ha dado un apoyo total desde los directivos del fútbol: microciclos, partidos amistosos, concentraciones y torneos. Es hora de que asuman la responsabilidad, piensen en ser campeones del Sub 20 y no le huyan a los micrófonos a la hora de hablar del tema. No vaya a ser que vengan otros y se nos bailen la novia.     




domingo, 8 de mayo de 2011

Mi columna en El Deportivo (Lunes 2 de mayo de 2011)

PA PANAMERICANO…
Por Jhon Jaime Osorio Osorio

Apenas desempacábamos las maletas en la casa de Martín, y la cuarteta colombiana de la persecución por equipos ya nos regalaba la primera alegría en la mañana dominical en la primera jornada de los Campeonatos Panamericanos de Ciclismo en pista y ruta. Muy temprano, y con la compañía de un sol escaso por estos días, el campeón del mundo Edwin Ávila, Juan Esteban Arango, Weimar Roldán y Arles Castro pararon el crono en 4 minutos 14 segundos y 625 milésimas, un registro significativo para la historia del velódromo y que emocionó la tribuna en la prueba que abría la programación.

Este evento será significativo por muchas razones. En lo competitivo, porque es clasificatorio a los Juegos Panamericanos de Guadalajara, a los Mundiales de Ciclismo en Alemania y puntuable para los Juegos Olímpicos de Londres. En lo representativo, porque los ciclistas de Colombia están hace rato en la élite de la pista mundial y en esta ocasión, con rivales de mucho peso como Estados Unidos y Cuba, tratarán de repetir las hazañas de los Juegos Suramericanos del 2010, cuando en esta misma pista barrieron en la medallería, En lo administrativo, porque la presencia del presidente de la UCI, Pat Mcquaid, no solo engalana el certamen sino que hoy lunes entregará noticias importantísimas para nuestro país. Y en lo relacionado con el escenario, este Panamericano pasará a la historia por ser el último de este nivel que se hace en un escenario sin techo y en pista que no sea de madera, de acuerdo con lo anunciado por UCI.

A pista es una modalidad v Es un deporte para la vista y para la familia.En Medellín, la pista es una modalidad que encanta. Cada que hay un evento internacional, el escenario  se llena (tiene capacidad para 7.000 aficionados). Los antioqueños vibran con este deporte, los medios de comunicación le dan cabida y lo privilegian con difusión y las veladas en la pista se vuelven históricas. Además, en la esta pista se han criado campeones del mundo y pisteros de talla internacional. Por todo esto, la ciudad se merece un escenario apto, técnicamente óptimo y con las condiciones para aspirar a ser sede de eventos de mayor talante.

Lo que es la vida, lo que es el deporte y que es la política. Hace pocos años, el presupuesto para  ponerle techo al velódromo paisa, y un concejal de la ciudad hizo un debate para tumbar la propuesta. Según él, había muchas más necesidades en el deporte… el jueves, el Martín Emilio Cochise Rodríguez le dirá adiós a los eventos internacionales y esperará una decisión política para modernizarse. 

lunes, 25 de abril de 2011

Mi columna en El Deportivo (Abril 25 - Lunes)

DE CAL Y ARENA EN LA VISITA FIFA
Por Jhon Jaime Osorio Osorio

El jueves en Cartagena será el sorteo del Mundial del sub 20; la Semana Santa sirvió para que lo delegados de la FIFA visitaron los ocho escenarios en Colombia y África ya entregó sus clasificados. Preocupa que a 64 días de la cita orbital, las grandes dificultades por el invierno y la falta de promoción no dejen sentir un ambiente de mundial en el país; y que los atrasos en algunas ciudades sean evidentes. Lo peor en este momento sería tratar de ocultar realidades evidentes.

Los estadios de Medellín y Cali, afirmó el vocero de prensa de la FIFA, Wolfgang Resch, necesitan más trabajo. También dijo que las obras en Manizales, Pereira y Armenia están al día, que Cartagena lo sorprendió por sus grandes avances de la visita de enero a la de marzo, y que Barranquilla y Bogotá no tienen ningún problema. En términos generales, Colombia pasó el examen, pero hay asuntos vitales para corregir.

En Medellín y Cali, las obras no van de acuerdo con los cronogramas. No es para alarmarse, pero sí para prestar atención. Aunque las administraciones municipales y algunos directivos del fútbol en ambas capitales han querido matizar la valoración de la FIFA, lo claro a esta altura del juego, es que las obras se colgaron frente a lo previsto. En el caso del Atanasio Girardot, mientras los comunicados de prensa de la Alcaldía hablan de una completa satisfacción; las declaraciones de los veedores dejan otra sensación. "Tenemos que mirar más a Medellín que a otros estadios" dijo el vocero de la FIFA; mientras que Luis Bedoya, el presidente de la Federación sentenció que “a Medellín le falta un volumen de obra bastante grande”.

Como buenos colombianos, las excusas las tenemos a la mano: el invierno, la destinación de los recursos, la celebración de dos clásicos consecutivos o los procesos de licitación de las obras. Más fácil y mucho más valioso en este momento sería reconocer el atraso y trabajar para cumplir. Medellín debía entregar el 28 de abril. No lo hará. Ahora la nueva promesa es la obra física para el 15 de mayo y las obras complementarias para 15 días después.

Todos queremos ser los mejores anfitriones, queremos el mejor mundial en nuestro país y soñamos con un mundial en paz, sin invierno y con una fiesta total. Dificultades hay, pero tiempo para corregirlas también. Por primera vez, Colombia será sede de un Mundial de Fútbol luego de haber sido el único país en la historia en renunciar a la sede de uno de mayores. En julio y agosto, los ojos del mundo futbolístico estarán puestos en Colombia, y para muchos, entre los que me incluyo, esta será tal vez la única cita orbital de fútbol que viviremos como locales; por eso, debemos estar atentos y dispuestos a colaborar, para que no estemos poniendo clavos, dándole los últimos brochazos a los muros y escondiendo la basura debajo del tapete el día que empiece la competencia.

domingo, 27 de marzo de 2011

Mi columna en El Deportivo (Marzo 25 - viernes)

A BUSCAR LO COLECTIVO
Por Jhon Jaime Osorio Osorio

En uno de sus múltiples textos sobre el deporte, el sicólogo argentino Jorge Grazarelli afirma que “un síntoma de mala salud social es la ausencia de deportes en su seno” haciendo alusión a la manera como la actividad deportiva puede servir de termómetro calificado para medir a las sociedades, la cual es una de las tesis centrales de su trabajo. Si partimos de ella, podemos mirar al país desde el deporte para hacer una lectura de nuestros fenómenos sociales. Una sencilla: somos un país de individuos y no de colectivos.

Históricamente, han sido las pesas, el patinaje, el ciclismo, el boxeo y el bicicross, entre otros, los deportes que nos han llenado de títulos del mundo; y en las últimas dos décadas, el automovilismo y el golf nos han hecho vibrar con las grandes actuaciones de Juan Pablo Montoya y Camilo Villegas, aunque no hayan logrado títulos absolutos sino victorias parciales. Muchas veces como colectivo social perdamos fácilmente la memoria, o queremos no tenerla, pero siempre que hablemos del tema tendremos la impronta significativa de individuos como Pambelé, Cochise, Santiago Botero, Maria Isabel Urrutia,  Cecilia Baena y muchos más, que nos han dignificado como pueblo ante el mundo gracias a sus logros en disciplinas en las que se compite de a uno.

En lo colectivo no hemos funcionado. No hemos ganado como grupo. Si aplicamos el mismo rasero, el de mirar títulos del mundo, nos toca apelar a uno de béisbol a mediados del siglo XX, a uno de Hockey en la categoría B en los 90s y al de Fútbol de Salón en el 2000. Si apuramos, podemos incluir uno ganado el año pasado en una de las nuevas tendencias deportiva, el Ultimate. Cuatro títulos mundiales en casi 100 años de historia deportiva organizada. Muy poco pero muy normal para un país que oculta su subdesarrollo con cifras, para un pueblo tan heterogéneo y variado que solo se une ante las tragedias naturales y para el que la indiferencia ante muchos temas es natural.

Somos tan individualistas, que cuando perdemos en deportes colectivos buscamos el Dayro Moreno o el Lara de turno para culparlo del fracaso. Nuestra crítica es despiadada, pero siempre dirigida a alguien en particular. Y como si fuera poco, cuando vamos ganando algo en lo colectivo, como en el mundial de Fútbol de Salón, lo demeritamos diciendo que no le hemos ganado a nadie o que el certamen es de poca monta. Definitivamente somos un núcleo social muy particular. Somos colombianos. Es hora de pensar, de vivir y de ganar en plural. A ver si mejoramos como pueblo.