viernes, 31 de agosto de 2012

De largo aliento (31 de agosto de 2012) - La lista de don José


La lista de don José
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "De largo aliento" del periódico El Deportivo el 31 de agosto de 2012

El problema periodístico no puede ser a quién convocó Pekerman, o su versión en negativo, a quién no convocó. La escogencia de los jugadores es potestad del técnico, no de los periodistas, ni de los aficionados y mucho menos de los drectivos. La lista de Pekerman es la que jugará y es la que él considera necesaria para el objetivo inmedito: ganarle a Uruguay en Barranquilla.

El fútbol es juego de posibilidades y de estrategia. Lo primero se explica fácil. En Colombia no hay más de 40, o siendo generosos 50, jugadores para la Selección. Si bien, en teoría, todos quieren llegar al equipo nacional, para mostrarse, valorizarse, o con la sana intención de representar al país; no todos tienen la capacidad o el nivel. La listas de Bolillo y Leonel en su momento; o la de Pekerman ayer,  coinciden en algunos nombres; demostrando que no es que haya gran variedad.

La lista de don José es la Selección Nacional. Es la Colombia que jugará dos partidos decisivos y la que tratará de ilusionar a un país que vivió hace muy poco un gran momento de emoción gracias al deporte olímpico. Gusten o no los nombres que la integran, esa lista de don José es Colombia, sin uno más ni uno menos.

Lo de la estrategia es más complicado. Y ahí es donde la opinión periodística puede aportar. Cómo hay que jugarle a Uruguay en Barranquilla, ahora que la opción es solo ganar? Con ese condicionante, las posibilidades se restringen a: tenerte la pelota, jugarle frontal, proponer, aprovechar las bandas, atacar con juego aéreo para buscar a Falcao, sacar los laterales, arriesgar, y otras que seguramente propondrán los especialistas del fútbol. Sencillo acá en el papel. Difìcil en la cancha con ese rival.

Por esto último no quiero profundizar en las estrategias de juego. Simplemente quiero pedirle a mi selección una que es fundamental y que funcionó hace poco en Londres. Se llama "amor patrio". No es suficiente para ganar pero es la cuota incial para enderezar un camino que anda medio perdido. Las otras, que las trabaje don José.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Tiro Libre 23 - Y sí, el árbitro se equivocó, ¿y entonces?

Y sí, el árbitro se equivocó, ¿y entonces?
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "Tiro libre" del periódico Qhubo el 29 de agosto de 2012

Esta vez fue en  el partido Medellín-Huila. El árbitro no vio una mano en el área de un defensa huilense, luego la pitó porque el juez de línea corrió hacia el área, y finamente se arrepintió por una razón que solo él conoce. Un hecho que ya hoy es anécdota, pero que sirve de pretexto para pensar nuevamente en el arbitraje; oficio que resiste todo tipo de adjetivos, especialmente en Colombia donde no es una actividad profesional.

El problema de fondo no es si los arbitrajes son buenos o malos. Es parte del juego. El fútbol está diseñado para el error humano, y sobre todo en el trabajo del juez. Debe ser mejor atleta que quienes lo juegan, sus decisiones son inmediatas, su trabajo es de apreciación y no tiene garantías ni apoyos tecnológicos para apoyar sus juicios. Así lo ha querido la FIFA siempre. Por eso, que Nicolás Gallo pite o no la mano en el área de Jonathan Murillo, o que después se ponga nervioso por la decisión que tomó, son asuntos que pueden pasar en todos los estadios del mundo. Terrores tan evidentes no son tan comunes, pero son posibles. Lo de fondo en este caso, es lo que puede pasar ahora.  

La Comisión Arbitral evaluará el video, tras la protesta que envió el DIM. Seguramente, no repetirá el partido, como pidió el cuadro escarlata; y sancionarán a Gallo. El juez dejará de pitar algunas fechas, o muchas. Mientras purga su “drástica sanción”, se dedicará a su oficio principal; seguirá con sus estudios de Administración de Empresas en la Universidad Nacional. Como Gallo, la mayoría de los árbitros de este país ejercen el oficio como una opción de ingresos adicionales, no como su profesión principal; así ellos lo asuman con toda seriedad. En Colombia el arbitraje no da para vivir, de allí que nuestros árbitros, antes de ser jueces de fútbol, sean abogados, mensajeros, estudiantes, negociantes o se dediquen a cualquier otra profesión.   

Es un contrasentido que una liga de fútbol jugada por profesionales sea pitada por personas que no viven del arbitraje. El camino necesario es la profesionalización. No garantiza que los errores no se cometan, porque seguirán apareciendo; pero sí puede ser la mejor forma de exigirles a los árbitros una dedicación total; una concentración permanente en el juego. Y viéndolo bien, sería una manera de que los dirigentes del fútbol demostraran que la calidad del juego sí les interesa.  

lunes, 27 de agosto de 2012

De largo aliento (27 de agosto de 2012) - ARMSTRONG Y MIS PREGUNTAS


ARMSTRONG Y MIS PREGUNTAS
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "De largo aliento" del periódico El Deportivo el 27 de agosto de 2012

La U.S. Anti-Doping Agency, USADA, dice una cosa; la UCI otra; la organización del Tour no dice nada; y Armstrong ya había dicho que estaba cansado de tanta persecución. Ahora, con el pronunciamiento de la USADA se ha dicho de todo, en la mayoría de los casos con afirmaciones imprudentes. Más que hacer eco de la noticia u opinar sobre la misma, vale la pena preguntar sobre detalles de este caso que atenta flagrantemente contra la imagen del ciclismo y empaña el nombre de Lance Armstrong. 

 

Primera inquietud. La USADA despojó a Armstrong de los 7 títulos del Tour de Francia. ¿Puede hacerlo?, ¿Tienen potestad para quitar algo que ellos no entregan?, ¿lo correcto no sería que al concluir la investigación, la USADA solicitara a la organización del Tour retirarle los títulos a Armstrong?, ¿Por qué en su decisión es explícita en quitarle los títulos del Tour y no, por ejemplo, el bronce olímpico en Sídney?, ¿Con la organización del Tour funciona de una forma y con el Comité Olímpico de otra?

 

Segunda inquietud. La sanción de por vida que aplica la USADA. Decidió suspender del ciclismo a un hombre que hace un año se había retirado definitivamente de esta actividad. ¿Es una medida preventiva entonces?, ¿sobraba esa parte de la decisión?, ¿Tiene sentido tomar esta medida?, ¿se anuncia solo para aparecer “drásticos” ante la opinión pública? Suspendieron de por vida a un ciclista que ya no lo es.

 

Tercera inquietud. ¿No es sorprendente que Armstrong, el hombre que enfrentó un cáncer hasta sobrevivir de él, que contra todo pronóstico superó la enfermedad, el que nunca desistió ante la adversidad,  ahora se canse de luchar contra un ente investigador y se niegue a participar en el proceso de arbitraje, última opción que le quedaba para demostrar su inocencia? El ciclista insistió en que el proceso era injusto y lo calificó e cacería de brujas; pero se dejó vencer por él.

 

Y cuarta inquietud. ¿El silencio de la organización del Tour es prudente o es cómplice?, ¿si es cómplice, con quién lo es?, ¿Por qué  la UCI, que nunca encontró positivos en Lance no tiene una posición fuerte?, ¿qué hay detrás de todo esto?, ¿qué relaciones o rivalidades hay entre USADA, COI, TOUR y UCI?

 

Para mí, Lance Armstrong es una leyenda y su gloria está lejos de ser borrada; pero aun así, tengo muchas preguntas.

sábado, 25 de agosto de 2012

De largo aliento (24 de agosto de 2012) - EL COI peló el cobre


EL COI peló el cobre
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "De largo aliento" del periódico El Deportivo el 24 de agosto de 2012

El Comité Olímpico Internacional peló el cobre. La amenaza de quitarle los oros a Michael Phelps por unas fotografías de carácter publicitario que se tomó el nadador más que una posición ejemplarizante o sancionatoria es una muestra fehaciente de que para el ente rector del deporte en el mundo importa más el tema comercial que cualquier otro aspecto del deporte. Triste decirlo, pero el COI está lejos de la filosofía que le dio vida.

Advierto de entrada que soy absolutamente normativo; que respeto las leyes y acepto sin discusión que cuando alguien desacata un lineamiento o una directriz, debe aplicarse un correctivo a manera de sanción. Entiendo perfectamente que Phelps cometió un error y que debe pagar por él. Hasta ahí  lo normativo; pero también veamos el tipo de sanción. Phelps se tomó unas fotos comerciales, que no salieron publicadas sino que se filtraron y que a la luz del reglamento, significaron una falta contra el COI. La sanción propuesta fue tal vez la de mayor drasticidad; quitarle las seis medallas que ganó limpiamente en las piscinas. Demasiado duro; y demasiado injusto, creo yo.

Es la misma sanción para quien sale positivo por doping; la máxima falta de un deportista en cualquier nivel. ¿Es equivalente?, ¿así de grave es lo de las fotos?, ¿no será más bien un exceso  de los señores del COI?, ¿no se podía pensar en una sanción económica?, ¿no se pudo proponer algo más relacionado con lo comercial?, ¿por qué pedir las 6 medallas de deportista y no una, por ejemplo?, ¿si no hubiera ganado medallas, cuál sería la sanción? Me sigue sonando a excesivo y me sigue sonando a capricho.

Phelps es el máximo medallista de la historia olímpica. Son 22 preseas en total: 8 en Atenas, 8 en Beijing y 6 en Londres. Ya anunció su retiro de la natación competitiva, porque lo ganó todo. Tiene medallas de sobra, pero nadie tiene el derecho a quitárselas disfrazando un capricho comercial con un asunto normativo. En COI quiere hacerlo, y puede; pero sería lamentable para la historia del deporte universal. Phelps ganó en el agua, lo hizo compitiendo y demostrando su superioridad. Ahora le quieren empañar sus logros; simplemente por incumplir la norma que protege los intereses comerciales del COI. Que le apliquen una sanción, porque al fin de cuentas  cometió un error. Que no sea  la máxima, porque su “delito” tampoco lo fue.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Tiro Libre 22 - En búsqueda de un buen sistema

En búsqueda de un buen sistema
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio


Publicado en la columna Tiro Libre del periódico Qhubo el 22 de agosto de 2012

Usted prefiere un torneo largo como el español, de alto nivel, pero con solo dos equipos peleando el título y los demás trabajan para ganarle un partido a esos dos; o un torneo corto como el colombiano en el que cualquiera puede ser campeón, sin equipos grandes y con un nivel discreto?

De alguna manera los dos mencionados son los extremos. Yo soy idealista: prefiero un torneo de buen nivel, sin equipos invencibles y con posibilidades para todos los que muestren buen fútbol. Tal vez no lo hay; pero el pecado es no buscarlo. Pasa en España y pasa acá.


El fútbol es como la vida.  Encontrar la fórmula adecuada y hallar el sistema ideal, siempre serán tareas difíciles. Mucho más, si como en el caso de nuestra liga criolla, no se buscan opciones y nos quedamos con lo que más se acomoda a las necesidades del bolsillo de los clubes, sin pensar en la calidad del producto. O como en España, con un torneo pensado únicamente para los dos grandes.

En Colombia van 4 fechas, restan 14. Uno podría pensar que el tiempo se agota para los que como Nacional o Envigado no han tomado ritmo. Sin embargo, la matemática es muy generosa. Equipos que no han ganado un solo encuentro solo necesitan una victoria en la fecha 5 para meterse en la zona de clasificación. Equipos que no han perdido y están invictos, podrían salir de los 8 si pierden un juego.

El sistema del torneo colombiano es emotivo, pero premia a los mediocres y no garantiza la calidad. Con en 45%de rendimiento, se puede ser octavo y aspirante al título. El español es interesante, pero dadas las hondas diferencias entre los dos grandes y los demás, deja sin opción a los otros, lo que al final es hasta aburridor.

La diferencia entre el de allá y el de acá es que en dos fechas más, acá caerán varios técnicos. Allá ajustarán algunas nóminas.

lunes, 20 de agosto de 2012

De largo aliento (20 de agosto de 2012)-Fácil de entender cuando se es papá


Fácil de entender cuando se es papá
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "De largo aliento" del periódico El Deportivo el 20 de agosto de 2012

Hoy escribo como padre de deportista. Mi hija tiene 10 años de edad, es gimnasta, ha estado en las selecciones Antioquia desde el 2009 y este fin de semana estuvimos compitiendo en el Campeonato Nacional en Bogotá. Nótese que utilizo el plural, "estuvimos", porque uno como papá suda igual que ellos.

En un Campeonato Nacional, y nosotros llevamos 4, uno comprende mucho más lo que significa el deporte de alta competencia. Es muy distinto al deporte formativo, porque ya no se trata de aprender sino de demostrar; y es lejano al social comunitario, porque acá no se busca masificar sino seleccionar a los mejores de una especialidad. Además, no tiene nada que ver con el deporte profesional, porque aquí no se juega para cobrar dinero sino para buscar la gloria en este caso, la de una bandera departamental.

En un Nacional uno aprende mucho de su deporte, pero también conoce las historias que se esconden detrás de un campeonato,  una final o una medalla. Cada participante representa una serie de  esfuerzos familiares, sacrificios académicos, dedicación de tiempos, problemas de escenarios, asuntos de nutrición, anécdotas de lesiones, ausencia de los medios y muchos dramas por los resultados adversos; al fin de cuentas, solo uno es el mejor.

Para el deportista de este nivel, las prioridades cambian. Su vida es una consagración. No importa la edad, las posibilidades reales de ganar o el departamento que representen; todos ellos, los de la alta competencia, son apóstoles de su disciplina.

Todo lo anterior son solo apuntes de papá, de padre de familia de un deportista competitivo; que tal vez el lector solo entienda si está en una situación similar; si ya viajó, si ya sufrió, si ya vio sonreír a su hija en el podio o le prestó un hombro para sus lágrimas en la derrota; si duerme tranquilo porque su hija aprende disciplina, constancia, respeto y valores mientras representa a un departamento en el que quizás no sepan que ella lucha por sus colores, o en el que quizás les importe poco.


viernes, 17 de agosto de 2012

De largo aliento (17 de agosto de 2012)-Emoción que obnubila


Emoción que obnubila
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "De largo aliento" del periódico El Deportivo, el 17 de agosto de 2012

El recibimiento que Colombia les dio a los deportistas olímpicos solo se compara con el esfuerzo que cada uno de ellos hizo en Londres para colgarse al cuello un metal olímpico. Bueno, también se compara con la ligereza de muchas de las propuestas y promesas de los politiqueros de oficio que aparecieron en paracaídas para recibir a los campeones.

Un ministerio del deporte, escuelas de formación por cada disciplina, más apoyo al deporte de base en la provincia, facultades de deporte en algunas subregiones del país, pistas y escenarios de toda índole, subsidios de vivienda, becas y mil cosas más. ¿Necesarias?, por supuesto. ¿Viables?, la mayoría no mucho.

El momento de alegría no nos puede obnubilar. Lo hecho en Londres supera cualquier actuación del deporte nacional. Es un punto demasiado alto. Mariana, Carlos Mario, Caterine, Jackeline, Óscar, los demás medallistas y los 104 deportistas que fueron a los Juegos merecen todos los reconocimientos; merecen paralizar ciudades enteras para  que les aplaudan a su paso; pero también garantías reales para su ciclo olímpico.   

Una pista, una beca o un subsidio son cosas que no deberían darse después de la medalla, sino que tendrían que ser parte del proceso de construcción de la misma. Un Ministerio debe ser una propuesta después de un estudio serio y no después de un momento emotivo como el actual; y las propuestas académicas o de formación para las provincias son tareas necesarias en las subregiones, no para sacar medallistas olímpicos sino para cumplir con un principio básico de equidad en el desarrollo.

¿Qué necesita un deportista olímpico? Cinco cosas fundamentales: un equipo de trabajo científico dispuesto y que no dependa de la voluntad política del momento; un fogueo permanente en el exterior, pues compitiendo y entrenando en casa no se logra ninguna medalla olímpica; garantías alimenticias y nutricionales, que para un deportista de alta competencia son especiales y muy diferentes a las de un ciudadano normal; un entrenador permanente, que si depende de un contrato con una institución del estado no puede tener meses sin vigencia, porque los tiempos del deporte son inflexibles; y un contrato fijo, porque el deportista de alta competencia es un profesional, y vive de hacer deporte. Estas cinco cosas no las puede suplir la familia del deportista; son obligación del  Estado al que el deportista representa.

Buenos los reconocimientos y las manifestaciones multitudinarias; pero no olviden que el pueblo salió a las calles por reconocimiento a sus ídolos y no por convocatoria de sus mandatarios.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Tiro Libre 21 - El particular discurso del fútbol


El particular discurso del fútbol
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "Tiro Libre" del periódico Q´Hubo el 15 de agosto de 2012

Brasil perdió increíblemente ante Rusia la final del voleibol olímpico masculino y su jugador estelar Giba declaró sin adornos: "nos confiamos, subestimamos el poderío ruso, y eso nos costó el oro". Elena Isinbayeva fue bronce en el salto con pértiga y en la rueda de prensa declaró con tranquilidad que había llegado muy baja de forma a la olimpíada, “y
o no estaba del todo preparada… salté y fallé”, afirmó.  Son apenas dos ejemplos del maravilloso mundo del deporte, que  contrastan con las lacónicas palabras que a diario escuchamos en el mundo del fútbol, justificando y nunca reconociendo. Un solo botón para la muestra: Manu Meneses, luego de la caída de su equipo en la final olímpica ante Méjico, declaró que su rival "se encontró un gol de camerino, y luego fue muy difícil penetrarle su defensa".

El discurso del fútbol es diferente. Pareciera que en este deporte en particular, reconocer lo que tiene el rival estuviera prohibido; y hablar de los errores propios fuera pecado mortal. Pocas veces se acepta públicamente que el otro es mejor; y son escasas las ocasiones en que se habla públicamente de los errores cometidos. En el fútbol, lo común en la derrota es no hablar, culpar del resultado al árbitro o atribuirlo al azar. Pasó en los Olímpicos, ocurre a diario en todo tipo de torneos y obviamente, Colombia no es la excepción.

Mourinho dice a boca llena que él es el mejor del mundo, y puede serlo; pero cuando su equipo pierde encuentra todo tipo de excusas para justificar la derrota, menos las virtudes del rival. En Colombia, Eduardo Pimentel habla duro contra los jueces cada que su Chicó pierde y el mismo Alexis García con la Equidad se ha vuelto repetitivo en ese tipo de discursos. Explicaciones siempre habrá, y de todo tipo. Eso sí, nada más cercano al espíritu del deporte que lo que hicieron Isinbayeva, Giba y muchos deportistas más en los Juegos: Cuando el otro es superior, se le reconoce, y cuando se comenten errores, se asumen. Así de sencillo; como en la vida misma.

Es cierto que perder nunca gusta; que nadie se siente cómodo en la derrota y que salir a hablar después de una adversidad es incómodo. Pero es una realidad y hay que asumirla.  Es hora de que el discurso del fútbol empiece a ser más real; menos ficticio.. como tantas cosas de este apasionante juego.

lunes, 13 de agosto de 2012

De largo aliento (13 de agosto de 2012)-Guayabo olímpico


Guayabo olímpico
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "De largo aliento" del periódico el Deportivo el 13 de agosto de 2012

Hoy es lunes de guayabo olímpico. Aunque son muy pocas horas después del último sorbo de Londres 2012, los efectos post juegos se empiezan a sentir. Los olímpicos son un evento embriagante, que llena, que nos lleva al éxtasis, que nos hace vibrar, llorar, pensar  y reír; pero que cuando se acaban nos dejan una sensación de vacío que nos devuelve a la cotidianidad, a nuestra realidad.

Las emociones fueron múltiples, las imágenes espectaculares y los momentos inolvidables. Escoger un momento es complicado, pero me quedo con las carreras en el agua de Michael Phelps y en la pista de Usain Bolt, como demostraciones de seres superdotados; la remontada rusa ayer ante Brasil en la final del voleibol masculino como ejemplo de persistencia; las derrotas de Isinbayeva en la garrocha, de Brasil en el fútbol masculino y de Dairon Robles en los 110 vallas como muestras de la fragilidad de los ídolos; la carrera en una sola pierna de Liu Xiang como ejemplo para el mundo del verdadero espíritu deportivo y la carrera de Mariana, capaz de desaforar la alegría de todo un país.

Esos momentos y esas imágenes se nos convertirán en historia, y muchas de ellas en anécdotas. Matizarán el guayabo, que será largo, pero no serán suficientes para remediarlo.

Nada qué hacer: la resaca olímpica nos durará cuatro años, hasta que comience la cita de Río. En nuestra realidad, será un guayabo difícil de tratar. Porque nos seguiremos embriagando unas semanitas más, ya no con las competencias y el espectáculo deportivo,  sino con los recibimientos, los merecidos homenajes y las infaltables promesas politiqueras a nuestros deportistas. Cerrada la fiesta de Londres, la celebración criolla se extenderá unas semanas; en nuestro particular estilo.

Ojalá esta vez sí. Que el deporte se convierta en política de Estado; que aparezca un canal deportivo; que las promesas de escenarios dignos y de garantías a los atletas de alto rendimiento sean cumplidas; que el sector educativo, los medios de comunicación y el Estado hagan su aporte a la construcción de una verdadera cultura deportiva; que los gobernantes que eluden el deporte por capricho entiendan el papel que éste cumple; y que el sector privado vea el deporte como un escenario atractivo para invertir. De lo contrario, corremos el riesgo de que el guayabo post olímpico sea irresistible; o de que la jaqueca sea permanente. 

domingo, 12 de agosto de 2012

De largo aliento (agosto 10 de 2012) - La gracia de lo impredecible

La gracia de lo impredecible
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Totalmente impredecible. Esa es la magia que tiene el deporte.  Muy pocos en el mundo hubieran apostado a que Elena Isinbayeva perdería el oro olímpico en el salto con garrocha; fue difícil de creer que Phelps en su primera final en Londres no alcanzó el podio; todavía tratamos de entender por qué el cubano Dairon Robles no apareció en la meta de los 110 metros vallas; y nadie en Colombia se atrevió a pronosticar para el país 6 medallas o más en los Juegos de Londres. Algunos optimistas lanzamos la cifra de 5 y nos quedamos cortos.

Esa particular condición, ese azar permanente que ofrece la competencia, el no saber qué puede pasar, convierte al deporte en una actividad atractiva y pasional; y a veces irracional. Lo que por fortuna evita  eso último, o por lo menos no deja que sea constante, es que no es solo el azar el único factor determinante en el resultado.

El deporte es complejo como la vida misma. Aunque el ciudadano común lo ve desde la emocionalidad pura y siempre quiere que gane el deportista de su predilección; debe ser consciente y un poco racional, y entender que elementos externos como el clima, las condiciones del  escenario, la altura o la humedad; las condiciones propias de la competencia como las circunstancias de juego, el arbitraje o el rival; y las condiciones del deportista mismo como ser humano, su estado anímico o su salud, son elementos igualmente determinantes.  Y por qué no, son lo que lo hacen impredecible.

En estos días de Juegos Olímpicos han sido muchas las emociones. También muchas las sorpresas. Para el caso colombiano, Urán y Castro consiguieron medallas que nadie se imaginaba; eran impredecibles. La que muchos dábamos por fija, con Juan Esteba Arango en el omnium,  nunca apareció; sucedió lo impredecible, algo pasó. Ya habrá tiempo para los análisis y para buscar las razones. Lo entregó todo, pero no consiguió la presea que muchos le colgaban antes de.

Hoy viernes hay una posibilidad grande con el bicicross. Soñamos con la de oro de Mariana Pajón, pero ojalá hayamos aprendido. Ojalá celebremos con honor; pero si ocurre lo impredecible, no entremos en lástimas y decepciones… la de hoy, la del BMX, la de Mariana, es una posibilidad; todavía no, una realidad. Ojalá lo sea.

sábado, 11 de agosto de 2012

Tiro Libre 20 - El espíritu deportivo, más vigente que nunca

El espíritu deportivo, más vigente que nunca
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio
 
Publicado en la columna De largo aliento en el periòdico QHubo el miércoles 8 de agosto de 2012
Si usted no derramó una lágrima o no soltó un suspiro cuando el atleta chino Xiang Liu regresó a la pista después de haberse lesionado en la prueba de los 110 metros vallas para hacer el recorrido saltando en una sola pierna y besar el último obstáculo de la prueba; fue porque no la vio, no tiene corazón o no tiene claro lo que es el espíritu deportivo. Lo primero tiene solución en un buscador de internet; lo segundo es difícil de ablandar y depende de usted; lo tercero tal vez no sea su culpa, porque en un país sin cultura deportiva eso puede pasar.

Segunda oportunidad: ¿Se sensibilizó usted viendo correr al sudafricano Oscar Pistorius en los 400 metros?, ¿sintió admiración?, ¿pensó un momento en los absurdos límites que nos ponemos a diario en nuestras actividades cotidianas? Si lo hizo, ya entendió de manera simple ese abstracto concepto del espíritu deportivo. Si no, busquemos una tercera opción.

¿Es usted de los que todavía critica a los británicos porque pusieron a  prender el pebetero a un grupo de muchachos y no a un reconocido deportista? Si la respuesta es afirmativa, las múltiples situaciones prácticas que nos ha regalado Londres para entender aquello del espíritu deportivo o espíritu olímpico no han sido suficientes en su caso. Menudo problema.

Es cierto que los Juegos Olímpicos tienen mucho de mercadeo, de política, de religión, de competencia, de cultura,  de economía y de muchas otras actividades humanas;  pero su verdadera razón de ser, porque así fueron concebidos, aunque muchos no lo crean o no lo entiendan, es recordarnos cada cuatro años que el deporte tiene una filosofía, una razón de ser que está por encima de cualquier resultado y cualquier otro aspecto. Enhorabuena, Londres nos descontaminó la mente. Bueno, no a todos; por lo menos a los que derramamos lágrimas ayer con Xiang Li, pensamos muchos con Pistorius y aplaudimos el mensaje a la juventud que cifraron en la inauguración.

Durante casi 5 meses, esta columna ha sido un tiro libre directo exclusivo del fútbol. Si usted hoy estaba esperando que hablara de inicio de la Liga, de la sorprendente selección femenina de Japón o del irregular Brasil en los Juegos, definitivamente no va a entender lo del espíritu. Dentro de 4 años trataré nuevamente de explicárselo.

miércoles, 8 de agosto de 2012

De largo aliento (5 de agosto de 2012) - Phepls: leyenda, mito y ejemplo

Phepls: leyenda, mito y ejemplo
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicada en la columna "De largo aliento" del periódico El Deportivo en 5 de agosto de 2012

El mundo presenció el sábado uno de aquellos momentos históricos únicos y difícilmente repetibles: Michael Phelps se lanzó por última vez al agua en una prueba olímpica. Fue el tercer relevo en el equipo de Estados Unidos que ganó los 4x100 combinados. A las 2:10 de la tarde, la prueba cerró la programación de la natación de carreras en Londres y le puso el broche dorado a Phelps; sin duda, el deportista del siglo XXI hasta el momento.  Se fue la leyenda; ahora empieza a escribirse el mito.

Phelps se despidió con cifras legendarias. Ganó 18 medallas de Oro en cuatro Juegos Olímpicos. Sumó además dos platas y dos bronces para un total de 22 medallas. Es el único nadador que ha dominó en una misma prueba individual en 3 Juegos consecutivos. En Beijing consiguió 8  medallas de oro, la mayor cantidad de la historia. Estas cifras son inspiración para historiadores, poetas y periodistas, que ya construyen un mito que podría titularse “el hombre nacido para nadar”.

Visto hasta ahí, es la película de un héroe; pero no podemos olvidar que “el tiburón” vivió un cuatrenio difícil en el que dejó ver totalmente su debilidad humana. Tuvo algunos problemas de drogadicción y perdió la motivación por el deporte. Afortunadamente, superó su prueba más dura, no se dejó ahogar en esos vericuetos de la vida en los que se pone a prueba la imperfección del hombre, y de los que algunas leyendas del deporte no han podido salir.

Es ley de la naturaleza que ido el rey debe nacer un nuevo monarca. Seguramente así pasará en las piscinas, aunque su relevo masculino haya que esperarlo un buen rato. En las damas, ya Estados Unidos nos dejó ver en Olímpicos una Sirenita, con cara de princesa, de nombre Missy Franklin, que hizo rápido el curso para Reina de los Juegos, al ganar a los 17 años de edad cuatro medallas de oro y un bronce. 

En lo deportivo habrá muchos jóvenes en el mundo que querrán emular a Phelps; y aunque será difícil que lo igualen, la posibilidad existirá. Ojalá la cantidad de émulos en la manera de enfrentar las trampas de la vida, sea mayor… Solo así valdrá la pena decir: Gracias Michael.

viernes, 3 de agosto de 2012

De largo aliento (3 de agosto de 2012) - ¡QUÉ BUENO UN PAÍS DEPORTIVO!, PERO QUÉ TRISTE QUE ES POR MODA…

¡QUÉ BUENO UN PAÍS DEPORTIVO!, PERO QUÉ TRISTE QUE ES POR MODA…
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "De largo aliento" el periódico El Deportivo el viernes 3 de agosto de 2012

Anoche se entregó la medalla 100 de los Olímpicos. Apenas va el  33% de la olimpiada. En este primer tercio, los deportistas de Colombia ya igualaron el registro más alto de medallas que tenía el país en la historia. Faltan las dos terceras partes de los Juegos y el optimismo nacional se siente en todos los rincones. Es el tema que marca la agenda de los medios; conversación obligada en grupos de amigos y familias; asunto de diálogo en taxis, cafeterías, universidades y centros comerciales. Qué bueno un país que habla y vibra con el deporte; pero triste que lo haga solo por moda.

La historia me recuerda que somos un país triunfalista que celebra excesivamente las victorias deportivas, pero que no acepta y que condena fuertemente a los deportistas en los momentos de derrota. ¿Qué tal que Mariana Pajón no gane la medalla que ya todos le colgamos?, ¿dónde quedará el optimismo si nos plantamos en las 3 que llevamos y no ganamos más? En la jornada de ayer jueves no sumamos y más de uno se inquietó, sin tener en cuenta que no teníamos presencia en ninguna final.  Muy emotivos, sí; pero pongámosle algo de razón.

Como si fuera poco, en materia de deporte, como en muchos otros temas, somos la tierra del olvido de la que habló el maestro Egidio Cuadrado. Brincamos de alegría con Urán, Figueroa y Alvear, pero ignoramos, por ejemplo, las historias legendarias de Clemente Rojas o Alfonso Pérez. Nuestros ídolos son de momento, los usamos como pretexto de alegría y emoción cuando ganan, pero los echamos al cajón del olvido con el pasar del tiempo. Problema cultural e institucional. Muchas Federaciones Nacionales no tienen registros básicos como el  número de deportistas que han estado en Olímpicos, o las marcas de esos deportistas. Si olvidamos a los medallistas, qué decir de los que no se montan al podio.

Por lo anterior, siento que los Olímpicos son solo un tema de momento, de moda. Ahora todos hablan y opinan del deporte y llenamos las redes con mensajes y voces de aliento. Claro, son 18 días de Juegos, muy poco para pensar en cambios de mentalidad o para tratar de crear una cultura deportiva. Triste decirlo, pero los juegos son moda. Seguramente, el 13 de agosto, se retomarán las largas conversaciones sobre el amenazado del reality, los escándalos de cualquier cantante o las barbaridades que exprese cualquier político local. Así somos.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Tiro Libre 19 - ¿Y EL FÚTBOL OLÍMPICO, QUÉ?

¿Y EL FÚTBOL OLÍMPICO, QUÉ?
Por Jhon Jaime Osorio
@jhojaimeosorio

Publicado en la columna "Tiro Libre" del periòdico QHubo, el 1 de agosto de 2012

Seguramente Hay algo que no funciona en el fútbol de los Juegos Olímpicos. No tiene sabor. No es tan importante. No emociona tanto. Lo he visto, lo he seguido y he leído todo lo que sale sobre él; por eso me atrevo a decir que es de esos pocos deportes que en los Juegos no llama tanto la atención.

Dirán los que solo tienen ojos para el deporte de multitudes que es una opinión sesgada, y hasta puede que la sea; pero la verdad, leo y releo los diarios del mundo y las redes sociales y del fútbol solo se habla de la eliminación de España, de la necesidad de título en Brasil,  de la sorpresa que dio Luis Fernando Suárez con Honduras, y de las afugias que pasa Uruguay. Nada más allá de los resultados sorpresivos. No hay grandes ídolos a parte de Neymar, no hay partidos brillantes y nadie habla de propuestas tácticas novedosas; cosas que pululan en las otras disciplinas de los Juegos. Es una percepción mía, repito, para que no se enojen los reduccionistas del deporte que solo ven un balón.

El problema puede estar en la reglamentación. La misma FIFA se encargó de bajarle el perfil al fútbol olímpico, pues en Los Ángeles 84, cuando el COI dejó participar a los jugadores profesionales, no aceptó la idea de tener un rival para su Copa Mundial, por lo que propuso que el fútbol olímpico fuera Sub 23. Una decisión para monopolizar el fútbol de selecciones con selecciones absolutas.

Como si fuera poco, en los últimos años la FIFA enredó más el tema. Para ir a los Olímpicos, el clasificatorio es el campeonato continental de la categoría juvenil. Una vez clasificado, el que viaja a los Juegos es el seccionado sub 23. Y como ñapa, a cada equipo se le pueden agregar 3 jugadores mayores. Como quien dice, clasifican los sub 20, juegan los sub 23 y cuando llegan los refuerzos mayores, casi que aseguran 3 lugares en la titular del equipo, así no hayan trabajado mucho con el grupo.

Un torneo tan particular no puede resultar de alto nivel, creo. Pero como es cuestión de gustos y cada deporte tiene su encanto y sus seguidores,  los amantes del fútbol tendrán argumentos para defender lo visto en Londres 2012. Yo no los encuentro. Para mi gusto, lo menos llamativo del nivel olímpico es el balompié.