martes, 11 de febrero de 2014

El frío de los Olímpicos de Invierno


Confieso que soy de los que se han pegado a la pantalla esta semana a disfrutar de los Juegos Olímpicos de Invierno. No tengo datos ni información concreta (los sistemas de televisión por suscripción deben tenerlos) para afirmar si son muy pocos o muchos los colombianos que lo hemos hecho, pero el día que hagan la estadística me pueden contar.  He disfrutado al máximo, me he extasiado. He vivido los Juegos de Sochi con la misma intensidad que viví los de Beijing o Londres. Lástima eso sí, la pobreza informativa de los medios colombianos, que de no ser por la espectacularidad de los saltos en las pruebas de Slopestyle, habría ignorado totalmente el evento.

Si es por lo que han mostrado o dicho los medios nuestros, limitados a notas cortas y de color, los Olímpicos de Invierno serían un evento frío y sin ninguna trascendencia. Por fortuna, esa mirada local contrasta con la de las multinacionales como Claro y Directv, y las múltiples páginas de internet que le apuestan a estos eventos como contenido para su negocio. Eso sí, quienes no tienen acceso a los servicios por suscripción, que son muchos,  no se han dado por enterados. 

Está bien que en estos Juegos no haya colombianos. Eso, obviamente, mata el interés de los medios nuestros, y según ellos del país en general; aunque no puede ser ese el único criterio de programación o de contenido. También está de por medio el asunto de los derechos de televisión e imagen, que, como en  todos los eventos deportivos, han ido convirtiendo estos en una mercancía de acceso restringido para muchos; pero que no sea esa la excusa, porque si muestran un salto espectacular, también podrían mostrar la precisión de la eslovaca Kuzmina en la prueba de biatlón, el esfuerzo y la sincronía de deportistas en la prueba de los 3.000 metros en el patinaje de velocidad, o los golazos que se han visto en los encuentros de Hockey. Todo esto es igual de espectacular que los saltos que han mostrado.


Por lo pronto, yo seguiré pegado a la señal y al computador. Veré si los rusos y los estadounidenses siguen cayendo ante los noruegos en pruebas en las que son favoritos y esperaré las pruebas de fondo a ver si la polaca Kowalczyk es capaz de competir y ganar fracturada. Me gozaré los Olímpicos de Invierno mientras sigo soñando con algún milagro: o que Colombia le apueste a un proceso que pase del patinaje sobre ruedas al patinaje sobre hielo (Jamaica pasó del trineo  en tierra al bobsleigh y llego a ser campeón el mundo) o que en nuestro país algún día tengamos una cultura deportiva amplia. En ambos casos, estamos muy fríos. 

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