Ganarle a
Argentina en Argentina, quedar campeón suramericano en condición de invicto y
conseguir el único cupo que entregaba el torneo a los Juegos Olímpicos de Río
es un logro enorme para el rugby femenino colombiano. Cualquiera de las tres
cosas sería suficiente para calificar el hecho de hazaña. Las tres al mismo
tiempo aguantan un calificativo adicional: histórico. Tal vez mucho no lo
dimensiones, pero es de ese tamaño.
En los
últimos cinco años, el rugby es tal vez de los deportes de mayor crecimiento en
el país en número de practicantes. Es correcto decir que el desarrollo de este
deporte en Colombia les dio muchos años de ventaja a los demás países del
continente. Basta recordar que en la modalidad tradicional Argentina ha sido
campeón mundial y Uruguay ha sido protagonista. En la modalidad de seven, que
fue la incluida en el programa olímpico de Río, los nuestros, damas y varones,
no pasaban del sexto lugar en los torneos continentales.
Hoy,
cuando Las Tucanes regresan al país con el gran botín, hay que recordar que en
deportes de conjunto, en toda la historia olímpica, Colombia solo había
conseguido clasificar en fútbol masculino, con todos los recursos y apoyos del
caso. Para el 2016, ya las chicas del fútbol, a las que todavía se les mira de
reojo en el balompié por parte de patrocinadores, dirigentes, periodistas y aficionados,
habían asegurado su casilla. El mismo logro lo consiguieron las niñas del
rugby, con circunstancias muy especiales: un deporte sin mucha historia en
nuestro medio, sin mucho presupuesto, sin liga profesional ni torneo regular y
enfrentado a diario a la mirada machista de una sociedad sin cultura deportiva
que todavía no se reconoce en otras prácticas diferentes al fútbol. Eso sí, con
unos directivos, unos técnicos y unas deportistas soñadores y ambiciosos.
A la
fecha, son 44 colombianos los que tienen cupo ganado a los Olímpicos de Río. La
mayoría femenina es muy notoria. El fútbol y el rugby como deportes de conjunto
en damas, y el ciclomontañismo y el
atletismo como disciplinas individuales, este último con deportistas en
maratón, marcha, velocidad y salto largo,
ya aseguraron representación.
Faltan 424 días para los juegos y
Colombia ya casi tiene en número, la mitad de la delegación que fue a
Londres. Seguimos en bonanza, en
subienda, en cosecha deportiva. Ojalá no la dejemos pasar y lo que hacen
heroínas como las chicas del rugby sirva para pensar un mejor país deportivo en
el futuro cercano.
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