jueves, 12 de marzo de 2015

¿Usted sabe quiénes son nuestros deportistas?


El sábado fue un día histórico para el deporte colombiano, como muchos otros, pero pasó casi inadvertido, como casi todos. En Bielorusia, Jackeline Rentería ganó el oro en el Gran Prix; en Francia, Mariana Pajón ganó el Nacional bajo techo; en Brasil, la Selección de béisbol, dirigida por Luis Sierra y con un gran pitcheo de Javier Ortíz, se coronó campeona suramericana; en Italia, Rigoberto Urán fue séptimo en la Strade Bianche; en Montevideo Santiago Giraldo y Alejandro González fueron protagonistas en la Copa Davis; y en Estados Unidos, Jossimar Calvo fue sexto en la AT&T American Cup. El tricolor en alto de cuenta del deporte en todos los rincones del mundo, con deportistas que gran parte del país no sabe quiénes son. 

Por lo general, los países tercermundistas son potencia en una o dos disciplinas deportivas solamente. Focalizan sus esfuerzos al deporte que por condiciones geográficas, genéticas o sociales les da resultados y renombre; diseñan programas de apoyo a esas disciplinas y a la par de los resultados construyen ídolos que gozan del reconocimiento en toda la nación. Colombia es un caso atípico. Nuestro país es potencia en múltiples deportes individuales y excepcionalmente obtiene logros con ribetes de hazaña en disciplinas de conjunto. Somos un país brillante en deportes “de a uno” y es parte de nuestra idiosincrasia la dificultad para trabajar y conseguir logros en conjunto. Tal vez, eso explique en parte nuestro potencial deportivo pero también nuestra indiferencia frente a esos deportistas que cada ocho días se rompen por una medalla o un título internacional. El 90% de nuestros campeones son  anónimos y solo “mojan prensa” y ganan reconocimiento nacional cuando sus logros son de carácter olímpico; cuando la hazaña es de tamaño mayor.

No hay duda, somos un país de héroes deportivos anónimos, a excepción de los medallistas olímpicos. Difícilmente un colombiano del común sabe quién es Jossimar Calvo, reconoce en la calle a Javier Ortíz o conoce la historia de vida de Santiago Giraldo. Y coloco estos nombres para referirme básicamente a los que “figuraron” en sus deportes este fin de semana. Nos falta cultura deportiva, nos falta valorar lo nuestro, somos arribistas y triunfalistas y no entendemos la dimensión de lo que cada ocho días hacen en el deporte los nuestros.
 
En Colombia no sabemos quiénes son nuestros deportistas, pero todos sabemos hoy quién es Nicolás Gaviria. El escándalo de la semana puso en primer plano a este desconocido que gracias a una borrachera sobredimensionada en los medios cayó en ese lugar común de "tristemente célebre". Más triste y poco célebre es un país que se alborota solo con el escándalo, el morbo y todo lo negativo y no aprovecha el esfuerzo de sus verdaderos héroes, tal vez los únicos, sus deportistas, para construir ídolos y ejemplos de verdad.



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