35 millones de dólares por Ramires, 20 por Gervinho, 14 por Freddy Guarín, 45 por Jackson, 50 por Texeira, ayer anunciaron al Pocho Lavezzi y les quedan 20 días para cerrar fichajes. La Superliga china está desbordando todos los mercados y está sorprendiendo al mundo. Claro, y ahora el mundo se escandaliza.
Es cierto que China queda muy lejos del radar del "fútbol de élite"; pero también lo es, que China siempre ha quedado lejos de todos los radares. En el fútbol, como en la economía, en la astronomía, en la industria militar, en el deporte en general y en muchas otras actividades han trabajado lejos de la lógica de "mostrar lo que se está haciendo" que impera en occidente. En eso, y en muchas cosas, los chino son distintos.
La pregunta de fondo es si los chinos ¿están derrochando o están invirtiendo? La verdad, creo en lo segundo. La pregunta que sigue es ¿por qué lo hacen? Pensemos en una cosa elemental: su premura histórica no ha sido tener dinero sino tener el poder; y creo que hacia allá apunta todo este tema...
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