martes, 14 de octubre de 2014

El ébola y la polución como asunto de deporte


Aunque no se ha tomado una decisión oficial, la Fifa está considerando aplazar o cambiar de sede el Mundial de Cubes de diciembre y la Copa de África de enero. De hecho, ya el gobierno de Marruecos,  país sede de ambos eventos, lo solicitó oficialmente a través de su Ministerio de la Juventud y el Deporte a la Confederación Africana de Fútbol. Hasta ahora, el tema se mira de soslayo en las páginas y secciones deportivas, pero aunque suene apocalíptico, la epidemia de ébola que sufren algunos países  del continente negro y que ya ha cobrado más de 5.000 vidas, según el último balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se convertirá en determinante de muchas actividades deportivas, de casi todas, en los próximos meses. ¿Tema para el periodismo de salud?

En los pasados Juegos Olímpicos de la Juventud, El COI prohibió la participación de algunos deportistas de Sierra Leona, Liberia, Guinea y Nigeria en las disciplinas de combate y en las pruebas de natación, por temor a la propagación de la enfermedad. El tema no fue más allá de unas cuantas líneas hablando del hecho como una de las “curiosidades” de los Juegos.

Otro asunto que pasó como anecdótico para el periodismo deportivo, pero que también es trascendental en este campo, tiene que ver con los eventos que se llevan a cabo en China. La nube de polución que cubre las principales ciudades de este país por poco no deja ver las imágenes del amistoso entre las selecciones de fútbol Brasil y Argentina que se jugó el sábado anterior. Además, el mismo fenómeno obligó al recorte intempestivo de una de las etapas del Tour de Beijing donde corren por estos días varios ciclistas colombianos de élite. La contaminación en este país ya había amenazado la realización de los Juegos Olímpicos del 2008. ¿Tema para el periodismo ambiental?

Los grandes problemas de la humanidad afectan directamente todas sus prácticas y actividades; entre ellas la deportiva. Por eso, quienes tratamos de explicar o informar acerca del deporte no deberíamos mirar de soslayo, o pasar de agache, por estos temas, sobre todo, cuando son tan determinantes. ¿Se imaginan unos Juegos Olímpicos en Río sin presencia de deportistas de países africanos, o de varios continentes más a donde llegue la enfermedad en los próximos meses o la cancelación de grandes eventos del tenis, el ciclismo o cualquier otro deporte profesional por causa exclusivamente de la contaminación ambiental? Suena apocalíptico, pero estamos cerca. Claro, dirán algunos que cuando eso ocurra, el tema sobrepasará el interés de lo deportivo y se convertirá en un tema de interés general. ¿Acaso ya no lo es?

Si bien el deporte es una actividad humana organizada y competitiva, transformada a espectáculo y gran negocio, enmarcada en el negocio del entretenimiento  en el sistema de producción vigente; también es una actividad de una trascendencia social total. Su significado no puede reducirse al resultado de la competencia o a la emocionalidad que esta genera a partir de las identidades que despierta. Si el ébola o la contaminación están afectando al deporte,  ¿estamos preparados los periodistas deportivos para explicarlo? Creo que no.

El domingo pasado se celebró el día del periodista deportivo en Colombia. Celebramos, reflexionamos (esta columna es una de esas pequeñas reflexiones en medio de la celebración), nos felicitaron y nos llenamos de orgullo. De tantas cosas que se dijeron, repasé algunas líneas de un viejo escrito que hice unos meses después de la muerte de Andrés Escobar. “El periodismo deportivo debe recuperar su talante de periodismo; su capacidad de explicar e informar sobre una competencia, teniendo en cuenta las circunstancias sociales, económicas, políticas o históricas en las que ocurre. De lo contrario, no será más que un periodismo de anécdotas”.


Feliz día del periodista deportivo a todos aquellos que dignifican el sustantivo y entienden la dimensión del adjetivo. 

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