Aunque no se ha
tomado una decisión oficial, la Fifa está considerando aplazar o cambiar de
sede el Mundial de Cubes de diciembre y la Copa de África de enero. De hecho,
ya el gobierno de Marruecos, país sede
de ambos eventos, lo solicitó oficialmente a través de su Ministerio de la
Juventud y el Deporte a la Confederación Africana de Fútbol. Hasta
ahora, el tema se mira de soslayo en las páginas y secciones deportivas, pero aunque suene apocalíptico, la epidemia de ébola que
sufren algunos países del continente
negro y que ya ha cobrado más de 5.000 vidas, según el último balance de
la Organización Mundial de la Salud (OMS), se convertirá en determinante
de muchas actividades deportivas, de casi todas, en los próximos meses. ¿Tema
para el periodismo de salud?
En los pasados Juegos Olímpicos de la Juventud, El COI
prohibió la participación de algunos deportistas de Sierra Leona, Liberia, Guinea y Nigeria en las
disciplinas de combate y en las pruebas de natación, por temor a la propagación
de la enfermedad. El tema no fue más allá de unas cuantas líneas hablando del
hecho como una de las “curiosidades” de los Juegos.
Otro asunto que pasó como anecdótico para el periodismo
deportivo, pero que también es trascendental en este campo, tiene que ver con
los eventos que se llevan a cabo en China. La nube de polución que cubre las
principales ciudades de este país por poco no deja ver las imágenes del
amistoso entre las selecciones de fútbol Brasil y Argentina que se jugó el
sábado anterior. Además, el mismo fenómeno obligó al recorte intempestivo de
una de las etapas del Tour de Beijing donde corren por estos días varios
ciclistas colombianos de élite. La contaminación en este país ya había amenazado
la realización de los Juegos Olímpicos del 2008. ¿Tema para el periodismo
ambiental?
Los grandes problemas de la humanidad
afectan directamente todas sus prácticas y actividades; entre ellas la
deportiva. Por eso, quienes tratamos de explicar o informar acerca del deporte no
deberíamos mirar de soslayo, o pasar de agache, por estos temas, sobre todo,
cuando son tan determinantes. ¿Se imaginan unos Juegos Olímpicos en Río sin
presencia de deportistas de países africanos, o de varios continentes más a
donde llegue la enfermedad en los próximos meses o la cancelación de grandes
eventos del tenis, el ciclismo o cualquier otro deporte profesional por causa
exclusivamente de la contaminación ambiental? Suena apocalíptico, pero estamos
cerca. Claro, dirán algunos que cuando eso ocurra, el tema sobrepasará el
interés de lo deportivo y se convertirá en un tema de interés general. ¿Acaso
ya no lo es?
Si bien el deporte es una actividad
humana organizada y competitiva, transformada a espectáculo y gran negocio,
enmarcada en el negocio del entretenimiento
en el sistema de producción vigente; también es una actividad de una
trascendencia social total. Su significado no puede reducirse al resultado de
la competencia o a la emocionalidad que esta genera a partir de las identidades
que despierta. Si el ébola o la contaminación están afectando al deporte, ¿estamos preparados los periodistas deportivos
para explicarlo? Creo que no.
El domingo pasado se
celebró el día del periodista deportivo en Colombia. Celebramos, reflexionamos
(esta columna es una de esas pequeñas reflexiones en medio de la celebración),
nos felicitaron y nos llenamos de orgullo. De tantas cosas que se dijeron,
repasé algunas líneas de un viejo escrito que hice unos meses después de la
muerte de Andrés Escobar. “El periodismo deportivo debe recuperar su talante de
periodismo; su capacidad de explicar e informar sobre una competencia, teniendo
en cuenta las circunstancias sociales, económicas, políticas o históricas en
las que ocurre. De lo contrario, no será más que un periodismo de anécdotas”.
Feliz día del
periodista deportivo a todos aquellos que dignifican el sustantivo y entienden
la dimensión del adjetivo.
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