miércoles, 10 de agosto de 2016

#OlímpicosJJ 4. ¡Qué pena con Yuri!

 Quién iba a pensar que la nobleza cabe en una sola frase. “Quiero decirles que lo siento, que quería tener la medalla de oro… pero no se pudo”.  Fue lo primer que dijo Yuri Alvear ayer al final de su combate ante la japonesa Hakura Tachimoto en la final de la categoría de 70 kilogramos del judo. Ella ganó una medalla de plata olímpica ¡y nos presentó excusas! Ni más faltaba. Esta vallecaucana está en la corta lista de cuatro colombianos que han conseguido dos medallas en la máxima cita deportiva del mundo. Fue bronce en Londres y plata en Río… Y nos dice que lo siente. ¡Qué pena con Yuri! Los que tenemos que sentirlo somos nosotros.

Voy a ser claro: tenemos a una de las mejores Judocas del mundo y no sabemos lo que tenemos. No lo entendemos. Es el momento de decirle a Yuri que lo sentimos. Sí, nos da pena. Nos avergüenza gritar sus victorias sin comprender cómo es que se hace un ippon; nos da pena celebrar sus medallas sin comprender que es un wasari; y nos sonrojamos al verla en televisión disputando una pelea en Golden Score sin entender por qué el tiempo se acabó y ella sigue peleando.

Triste, pero cierto. Así como Yuri muchos de nuestros deportistas ganan en medio de nuestra ignorancia deportiva. Qué poco sabemos de Judo, de Levantamiento de Pesas, de Boxeo… Seamos sinceros: muchos de los que leen estas líneas todavía se burlan de los marchistas con su particular andar acompasado,  apagan el televisor cuando aparecen dos cuerpos trenzados en un combate de lucha o le buscan el chiste a la manera como se le desorganiza el peinado a Yuri Alvear cuando compite.

Ahora, no se trata de volvernos especialistas. Se trata de no tenernos que sonrojar ante nuestros campeones el día que queramos tomarnos con ellos en una selfie y no les sepamos siquiera el nombre completo. Se trata de llevar a los hijos de vez en cuando a ciclo ruta, de mirar de vez en cuando algún deporte diferente al fútbol en televisión, de asistir a alguno de esos campeonatos nacionales que hacen en silencio en nuestras ciudades, de buscar alguna información mínima en las redes sociales  y de tratar de entender la real dimensión que tiene una medalla, un diploma y una clasificación a los Juegos Olímpicos.


Empecemos por algo sencillo, que en la religión católica llaman “el acto de contrición”. Reconozcamos que cuando vemos a nuestros medallistas olímpicos sabemos muy poco de ellos y de lo que hacen. Y siguiendo en esta misma línea, parafraseemos la cita bíblica, seamos tan nobles como nuestra medallista y  digámosle con sinceridad: ¡Yuri: perdónanos porque no sabemos lo que haces”.  

lunes, 8 de agosto de 2016

#OlímpicosJJ 3. ¿Te acordás Oscar?

¿Te acordás Óscar cuando perdiste la medalla de bronce en Atenas 2004 por peso corporal? Competías en la categoría de 56 Kgs y levantaste los mismos 208 kilos que el turco Sedat Artuc y el búlgaro Vitali Dzerbianou.

¿Te acordás cuando te blanqueaste en Beijing en los tres intentos en el ejercicio de arranque por una lesión en la mano derecha que te impidió levantar los 128 kilos con los que iniciabas?  Llegaste allá con una lesión vertebral que te afectó el brazo. Cada vez que intentaste alzar la palanqueta, el dolor en los tendones se hizo más fuerte y tuviste que a soltarla.

¿Te acordás cuando lleqaste de Beijing y algún periodista salió a decir que lo tuyo no era una lesión sino que por las diferencias en el entrenador te habías bajado? El señor aquel nunca dijo que te tuviste que operar cuando llegaste y que si no es por los médicos Carlos Posada y Mario Figueroa, tal vez nunca hubieras vuelto a competir.

¿Te acordás que cuando volviste a competir estabas listo para los Bolivarianos de sucre, Bolivia, en el 2009, y una lesión de rodilla  te impidió competir? Pensaste en retirarte; pero la terquedad te hizo seguir.

¿Te acordás del Oro en los Panamericanos de Guadalajara en 2011? Esa vez no te guardaste nada cuando dijiste literalmente: "gané con un entrenador colombiano". Cinco años después algunos se siguen incomodando, pero se tragan amarguras  mientras ven tu abrazo con el profesor Pinilla, a quien Colombia le debe un gran aplauso.

¿Te acordás de los trasnochos estudiando para cumplir las tareas académicas buscando tu título de administrador de empresas en la Santiago de Cali? Cogías pocas materias, pero eso de estudiar y ser deportista de alta competencia en Colombia a veces es más difícil que en otros países.

¿Te acordás cómo te insistían Jáiber Manjarrés y Oswaldo Pinilla en tus momentos de duda para que no desfallecieras? Esos dos te conocen demasiado. Tienen claro el tipo de entrenamiento de que tu cuerpo necesita y entienden que en Cali te puedes preparar al más alto nivel.

¿Te acordás de la plata que lograste en Londres cuando levantaste 140 kilogramos en arranque y pusiste récord olímpico en envión con 177? Le ganaste en el podio al Indonesio Irawan Eko por peso corporal y perdiste con el coreano Kim Un-Guk que puso récord olímpico en arranque y récord mundial en el total. Esa vez recuerdo que le dedicaste la medalla a tu mamá, doña Ermelinda, que vivió el momento por televisión. Hoy estaba ahí en la gradería haciendo más fuerza que vos.

¿Te acordás de las calles de Zaragoza, en el Bajo Cauca antioqueño? De allá saliste con tu familia para Cartago, Valle, cuando tenías 12 años de edad. El pueblo estaba en un mal momento por el orden público y tu familia tenía que sobrevivir.

¿Te acordás cuando te fuiste a prestar el servicio militar? Ya eras deportista consagrado cuando eso. Afortunadamente tus superiores entendieron que desde el deporte también podías cuidar la patria.


La verdad, Óscar, sé que te acordás de éstas y de muchas más; pero creo que son pequeños detalles de un medallista que mucha gente en Colombia con el paso del tiempo no va recordar. Por eso las escribo, porque la gente tiene memoria selectiva: solo se acuerdan del momento del triunfo. 

sábado, 6 de agosto de 2016

#OlímpicosJJ 2.Inaugurando la esperanza

Brasil tiene un presidente interino al que silban donde va, pero en la inauguración de los Juegos nos puso a todos a pensar en la inclusión. Es un país con serios problemas económicos, pero ayer se fajaron la inauguración menos costosa de todos los juegos de este siglo sin nada que envidiarle a las demás. La bahía donde se harán las competencias de vela tiene serios problemas de contaminación; pero nos dejaron un mensaje claro de la responsabilidad que tenemos con el planeta. Es un país con una profunda crisis social, pero fue el escenario para reivindicar a los refugiados como seres humanos. 

En medio de los escándalos del doping ruso, Brasil nos recordó a todos que el olimpismo es mucho más que una competencia de países; y que tiene un fundamento filosófico profundo, fundamentado en valores. Para hacerlo nos mostró en dimensión de héroes a Kip Keino y a Vanderley de Lima. Al primero le entregaron el laurel olímpico y al segundo lo pusieron a encender el pebetero. 

Durante años creí que estos eventos inaugurales debían ser el escenario para que el país o la ciudad organizadora de las justas se mostrara ante el mundo, evocara su historia y "se vendiera" como cultura. Así lo hicieron Sidney, Atenas, Beijing y Londres, para hablar solo de las sedes de Olímpicos en este siglo. Era la costumbre, hasta ayer. Brasil aprovechó el inicio de la cita olímpica para generar mensajes de esperanza y demostrar que el deporte es parte sustancial de la sociedad y de sus dinámicas.  A partir de Río 2016 la ceremonia inaugural será el espacio para enviarle claros mensajes al mundo. 

La inauguración de Río 2016 nos puso a hablar, a dialogar, a pensar, a admirar a esperanzarnos. Brasil fue capaz de dejar por un momento los lamentos, las protestas, las rivalidades y las crisis que vive como nación para darse un respiro... y para robarnos suspiros. El Brasil de la samba, de la chica de Ipanema, el de la diversidad y la heterogeneidad nos vendió la idea de que la vida debe ser una fiesta; un carnaval. 


jueves, 4 de agosto de 2016

#OlímpicosJJ 1. Hacer las cosas cuando no se usa y hacer nada

Camilo Villegas renunció a los Juegos Olímpicos el mismo día que supo que había clasificado. Él mismo argumentó que necesitaba acumular puntos para no perder la tarjeta profesional, y para lograrlo debía participar en dos torneos que se cruzaban con la competencia en Río. Válido. Lo dijo de inmediato. No hubo drama, aunque se perdió un cupo para el país.  ¿Discutible? tal vez; pero su renuncia fue de alguna manera "oportuna" y el deportista nunca fue inscrito. 

El ciclismo también renunció a un cupo. El único que tenía el país para la prueba contra reloj individual. Lo hizo mediante un lacónico comunicado de la Federación Colombiana, en el que se le atribuye la decisión a un "acuerdo entre ciclistas, cuerpo técnico, los miembros de la Federación y el jefe de misión de la delegación olímpica, Ciro Solano". El cupo Olímpico para esta prueba se conoció el 19 de enero, cuando la Unión Ciclística Internacional oficializó el ranking de naciones que se había cerrado el 31 de diciembre del año pasado. Se pudo renunciar en ese momento. Seguramente en ese entonces para los ciclistas, el cuerpo técnico, los directivos y el jefe de misión, el cupo era algo importante. 

La renuncia al cupo se anunció esta misma semana, a solo 7 de la competencia contra el cronómetro en la que Suramérica solo tenía 3 casillas. La decisión se tomó a última hora, a destiempo, inoportunamente, o como dicen las señoras de mi tierra, "cuando ya no se usa..." 

Fue una decisión muy mal argumentada. El comunicado dice que los ciclistas concentrarán sus esfuerzos en la prueba de ruta del 6 de agosto. ¿Acaso si se participaba en la contrareloj, se iban a guardar esfuerzos? No. Nunca lo hacen. Los ciclistas siempre dejan todo en el pavimento. Se entregan totalmente. Explicación tonta que no tiene lógica alguna.

Cómo sería de mal argumentado el tema en el comunicado, que los directivos y el técnico tuvieron que salir a explicar la decisión ante los medios.  Y fue peor. Se llegó a decir que la decisión se tomó porque en la prueba no había opción de ganar. ¿En enero sí la había?. ¿Se demoraron casi siete meses para darse cuenta? Si esa es la razón, más del 90% de la delegación colombiana debería renunciar. Es claro que de los 147 deportistas que fueron por el país a Río no más de una decena se va a colgar un metal. o visto más en macro: a los Olímpicos van más de 10.000 deportistas, y son 366 oros. Si renuncian los que no ven opción de ganar, no quedarían más de 500 compitiendo. Argumento baladí. 

El Gerente de la Federeación le dijo a Blu Radio que que la decisión era válida porque "en Colombia no tenemos contrarelojeros". ¿En serio? Si es cierta la afirmación, ¿cómo conseguimos el cupo? ¿ganando etapas de montaña? No. El cupo se consiguió por buenas presentaciones en etapas contra el cronómetro en pruebas del Word Tour. La explicación se cae por su propio peso, pero en gracia de discusión digamos que no los hay. ¿Nos dimos cuenta a 7 días de la prueba? ¿Hace 7 meses que ganamos el cupo los teníamos? Baaaah. 

Finamente, entre las explicaciones dadas en la misma entrevista, aparece una afirmación que sí es verdadera. Dijo el señor gerente que para la contrareloj "los muchachos ni están preparados, ni vamos a hacer un papel decoroso". Eso sí es cierto. He ahí la gran verdad. La explicación de todo este embrollo está en esa frase. Ojo, si no están preparados es porque el problema es de planeación. Problema de Federación y de cuerpo técnico. El cupo no se ganó ayer, se sabía desde enero. Han pasado 7 meses y ¿nadie pensó en que había que preparar a un deportista para esta prueba? ¿Para eso no se reciben unos recursos del COC? ¿Siete meses sin preparar una prueba olímpica y solo a 7 días de la misma nos dimos cuenta que no estamos preparados? Qué triste. Esa es la real explicación de todo: No se planeó, no estamos preparados... No se hizo nada. Nada de nada. 

Los deportistas hicieron lo que saben hacer: corrieron bien. Por eso ganaron 5 cupos para la ruta y 1 para la contrareloj. Después, la Federación no hizo nada y ahora renunció "cuando no se usa". 


domingo, 3 de julio de 2016

Historias de J #1: Yuberjen Herney, el minimosca del nombre raro


La pregunta que más veces le han hecho a Yuberjen Martínez es la del origen de su nombre. La respuesta que él siempre ha dado es la única que tiene: “Solo sé que se le ocurrió a mi papá”. La frase es como un golpe seco para la inquietud de cualquier periodista; pues con ella cierra el tema el pugilista antioqueño así haya mucha insistencia del reportero. Y eso que la inquietud siempre surge por Yuberjen, pero podría ser la misma con el segundo nombre: Herney.

Yuberjen Herney Martínez Rivas fue el primer boxeador Colombiano que se mencionó en la lista de clasificados a Río 2016 en el preolímpico de Boxeo en Argentina. El 17 de marzo, al medio día, horario poco habitual para una pelea de boxeo, Yuberjen venció por decisión a Víctor Santillán en la semifinal de la categoría de 45 kilogramos y consiguió el cupo olímpico número 95 del país. “Me tocaron 4 combates que fueron muy difíciles”, recuerda. “El primero fue con Canadá, con un boxeador que no conocía y que me puso un poco mal; pero salimos a hacer lo planeado y al final logré el resultado. Luego vino Ecuador, con un boxeador que era muy fuerte. Ya lo conocía, le había ganado tres veces y esa fue la cuarta. Posteriormente, con República Dominicana, con él me sentí muy cómodo; y allí fue donde obtuvimos la clasificación”. Ya clasificado a Río, venció en la final  de la categoría a Miguel Hernández de los Estados Unidos.

Foto tomada de la página del COC
Sus palabras son tan cortas como su estatura y tan livianas como su peso. Tiene 23 años de edad y mide 1,65. Clasificar a Río para él fue algo majestuoso: “la verdad, es una sensación inexplicable, porque uno de los sueños de todo deportista es precisamente ir a unos Olímpicos. Es una sensación maravillosa, la verdad, indescriptible”, afirma el Minimosca colombiano.

Nación en Turbo y tan rápido como sus desplazamientos en el cuadrilátero se recorrió todo el eje bananero del Urabá, como él mismo lo relata: “la historia mía comienza en Arboletes. Viví allá año y medio. Allá trabajé con el profesor Babys Mendoza. Luego me fui a Chigorodó con el profesor Wilder Blanco y después pasé a entrenar con Abelardo Parra en Apartadó”. Gracias al boxeo ha conocido varios países del mundo, y gracias a este deporte ha cambiado radicalmente su vida. El primer hijo varón de Juan y Neila, dos pastores cristianos que manejan la iglesia de Jesús del Buen Camino, en Chigorodó, pasó en menos de tres años de ser mecánico de bicicletas  a ser la mayor promesa del boxeo colombiano para los Olímpicos de Río.

De su familia es el único deportista. Son seis hermanos. “De los seis, el único boxeador soy yo. Un hermano estuvo practicando las pesas, pero luego se dedicó a estudiar. Los demás, todos han estudiado”, cuenta.

El camino a Río para Yuberjen comenzó a los 20 años en un campeonato nacional en Bogotá. Su primer viaje internacional fue a Cuba en su primer llamado a Selección. El preolímpico Panamericano lo disputó en Argentina y los Olímpicos los protagonizará en Río con un objetivo claro: ““Sí, la verdad es un sueño que con la ayuda de Dios todo salga como lo hemos planeado y nos podamos traer una medalla de esos Juegos”, dice; y agrega “hay algunos boxeadores de otros continentes que no conozco y espero conocerlos muy bien en Río para poder ganarles. Esperemos q ver si podemos hacer una buena estrategia con los profesores y que las cosas se nos den”.


Martínez es un boxeador rápido y contundente cuyas fortalezas son la resistencia, la manera contundente de tirar los golpes y la forma de esquivar a los rivales... y de esquivar preguntas sobre su nombre.  

lunes, 9 de mayo de 2016

Primer sinsabor del Giro

Entrar en la polémica sobre cuál de las tres grandes carreras del calendario del ciclismo es la mejor, la más importante o la que tiene más espectáculo, es entrar en una eterna e inútil discusión.  Cada una tiene lo suyo. El Tour, la Vuelta y el Giro son el nivel superior del pedal, y cada año sus organizadores intentan sorprendernos. Eso sí, muchas veces esos intentos son más desaciertos que novedades que realmente valgan la pena. 

El Giro de Italia es la prematura de la tres carreras. Se corre en mayo, cuando todavía el frío de un invierno retardado o de una primavera tímida golpean algunas zonas de Europa, especialmente en la bota itálica. Allí es donde radica su encanto. Es ciclismo puro. Es la carrera que más contrasta con el Tour, que se hace en verano, dos meses después, con el marco climático de una calor sofocante, en medio de un intenso verano y con los europeos en vacaciones. 

El frío es al Giro lo que el calor es al Tour. Tal vez por ese detalle es que suena un poco tonto meterle tres etapas en Holanda, con algo calor, un fuerte viento de costado, en terrero totalmente plano  y por la misma carretera que pasa por el lado de Papedal.  Más absurdo aún, meter un día de descanso solo después de tres etapas, para efectos meramente logísticos y poder llevarse el lote hasta el sur de Italia. Para mi gusto, un desacierto total. 

El Giro es sinónimo de nieve, de alta montaña, de carreteras estrechas, de sufrimiento, de pasta, de vino, de hazañas como las de Moser, Copi y Pantani; el Giro pasa por esas tierras italianas que cambian abruptamente del verde intenso a un café árido con matices del blanco nevado. El Giro no es Holanda ni tulipán. Uno entiende que haya fuertes intereses comerciales, que hay que vender... pero ¿a qué precio?  ¿Al de los pedalistas que se ven sorprendidos por un descanso prematuro que seguramente pasará factura la última semana?, ¿o al de la carrera misma, que con esos recorridos "añadidos" va perdiendo su esencia de leyenda?



domingo, 10 de abril de 2016

Glosa 4 - Salud por Colombia rumbo a Río

Colombia tiene hoy 116 clasificados a los Juegos Olímpicos de Río. La cifra es muy significativa si de entrada se advierte que es un dato parcial y que ya supera el récord de participación logrado en Londres hace 4 años con 104 deportistas. Además, el dato cobra más interés si se miran países del área como por ejemplo Venezuela que ha logrado 60 clasificados, o Ecuador que va en 26. 

La cifra es para celebrar, pues subirá al menos una decena más. El BMX puede poner 3 ó 4 cupos, hay uno más del ciclismo en pista que no se ha oficializado, deportistas como Jossimar Calvo están pendientes de lograr su cupo en torneos preolímpicos, y hay deportes como el tenis de campo, el golf y el triatlón que cierran sus procesos de clasificación por ranking en mayo o junio. 

En Londres, de los 104 cupos 18 fueron del fútbol femenino y 86 fueron en disciplinas individuales. Para Río, hasta el momento han clasificado 3 colectivos, hecho que ocurre por primera vez en la historia de nuestro deporte: fútbol en ambas ramas y rugby femenino. Es decir, que Colombia ha clasificado 68 atletas en deportes individuales, 18 menos que a Londres,  y 48 en deportes de conjunto, la mayor cifra en la historia. Si comparamos la cifra de deportistas en disciplinas individuales, Londres vs Río, deeberíamos preocuparnos un poco; pero si nos acogemos a la teoría americana de que el desarrollo deportivo de un país se mide por los resultados obtenidos en los deportes de conjunto deberíamos estar demasiado satisfechos. Es cuestión del cristal. 

Lo que yo creo es que en países tercermundistas como el nuestro, con apoyos limitados, dependientes de la voluntad del político de turno, con poca cultura deportiva, con deportistas que aparecen espontáneamente y no como resultado de grandes procesos y con esfuerzos más personales que institucionales la sola clasificación a unos Juegos Olímpicos es de por sí una hazaña. Solo por eso, celebro las cifras logradas.

lunes, 21 de marzo de 2016

Glosa 3 - La hora Gaviria para un nuevo velódromo

Fernando Gaviria no tiene límites. Este año ya ganó una etapa en el Tour de San Luis, donde sufrió una aparatosa caída; en el Tour de la Provence, donde se dio el lujo de dejar ganar otra etapa a uno de sus nuevos compañeros de equipo a manera de bautizo; en la Tirreno Adriático, donde le envió un mensaje claro a su equipo el Etixx diciéndole que está listo para los grandes retos y en el Omnium del mundial de pista, para demostrar que es el ciclista más completo del mundo en esta modalidad. Ah, y esta semana, de no ser porque uno de sus colegas lo desestabilizó a 100 metros de la meta, hubiera peleado el título de la Milán-San Remo, el primer gran monumento de la temporada. 

A sus 22 años de edad tiene sorprendido al mundo del pedal. Bonnen, Petacci y Cavendish se han referido a él calificándolo como el "gran clasicómano de los próximo años" y como "uno de los mejores sprinters del mundo". Lo es. Con "El misil" o "El expreso de Oriente", como ha sido bautizado por su velocidad y fortaleza en los embalajes, ha nacido una nueva raza en el ciclismo colombiano. A los escarabajos y a los grandes coequiperos se sumará con Gaviria por ahora, y ojalá sean muchos más, la estirpe de embaladores o sprinters que por fin aparece en nuestro laureado ciclismo. Gaviria lo ha ganado todo en la pista y gracias a esa formación, ganará muchísimo en la ruta. 

Lo que pocos de los sorprendidos en el mundo saben es que Gaviria, el gran fenómeno de los embalajes, entrena en un velódromo que hace rato cumplió su vida útil. Así de sencillo. Cuando Gaviria nació, el velódromo de Medellín ya era anticuado frente a los nuevos escenarios que se construían en el mundo. Por estos días fue sometido a reparación. Quedó bien maquillado; pero sigue siendo obsoleto. 

Y pensar que otro Gaviria , el político, exalcalde para más señas, jugó con la emocionalidad de los aficionados, periodistas y sobre todo, de los ciclistas con una promesa de velódromo que se quedó en eso.  La hora Gaviria, la del político, nunca llegó para el velódromo. La hora Gaviria, la del campeón del mundo, debe llegar, y ojalá sea pronto.  

domingo, 28 de febrero de 2016

Glosa 2 - Los equipos se parecen a sus dueños

Dicen que los perros se parecen a sus dueños; yo creo que los equipos de fútbol también. Eso sí, no es una norma taxativa, pero casi siempre resulta así. Ejemplos criollos sobran, pero voy solo con dos: el Atlético Nacional resultadista de la era Osorio fue lo más parecido a la organización Ardila; y los equipos ochenteros propiedad de los carteles de las mafias, eran ostentosos y ganaban a cualquier precio y de cualquier forma. 

Este tema se me ocurre, pensando en el Real Madrid. El que juega en la cancha carece de norte y demuestra falta de estilo, de filosofía y de planeación. Así es el Madrid como institución. Se maneja a los bandazos, se improvisan las decisiones importantes y se toman decisiones emocionales. Además, tiene un presidente que se excede en su cargo ante la ceguera, la alcahuetería o la complicidad de unos socios que parecen haberle dejado a meced una de las empresas futbolísticas más importantes del mundo. 

El equipo en la cancha juega lo más perecido posible a la maneja como se maneja la institución. En pocas palabras, el Madrid es una organización caótica... pero con plata. Eso también es el equipo. ¿Es malo esto? no necesariamente; depende de los objetivos y de lo que filosóficamente se trace para la institución. Si este Madrid de caos y plata gana la Champions, cumplirá el objetivo. Y todo seguirá igual. 

domingo, 7 de febrero de 2016

Glosa 1 - "Made In China"

35 millones de dólares por Ramires, 20 por Gervinho, 14 por Freddy Guarín, 45 por Jackson, 50 por Texeira, ayer anunciaron al Pocho Lavezzi y les quedan 20 días para cerrar fichajes. La Superliga china está desbordando todos los mercados y está sorprendiendo al mundo. Claro, y ahora el mundo se escandaliza. 

Es cierto que China queda muy lejos del radar del "fútbol de élite"; pero también lo es, que China siempre ha quedado lejos de todos los radares. En el fútbol, como en la economía, en la astronomía, en la industria militar, en el deporte en general y en muchas otras actividades han trabajado lejos de la lógica de "mostrar lo que se está haciendo" que impera en occidente. En eso, y en muchas cosas, los chino son distintos. 

La pregunta de fondo es si los chinos ¿están derrochando o están invirtiendo?  La verdad, creo en lo segundo. La pregunta que sigue es ¿por qué lo hacen? Pensemos en una cosa elemental: su premura histórica no ha sido tener dinero sino tener el poder; y creo que hacia allá apunta todo este tema...