Vuelve y juega.
Ahora es Hernán Torres el que toma el comando técnico del independiente
Medellín. Un nuevo técnico. ¿Uno más? ¡Qué rápido pasaron Bolillo, Oscar Pérez
y Pedro Sarmiento! ¿Malos técnicos o equipos malos?, muy difícil saberlo si “el
proyecto” duró de 10 o 13 partido. El cuadro rojo no es la excepción a la norma
del fútbol colombiano: cuando las cosas no funcionan, el técnico se debe
ir. “En todo el mundo es así”, dirán
algunos. “En todo el mundo los torneos no son tan cortos”, respondo yo.
La historia en el
equipo rojo se repite: el técnico llega casi en la mitad del torneo, habla de
un proyecto, no tiene tiempo para trabajar, hace ajustes sobre la marcha y el equipo consigue algunos resultados que
ilusionan. A veces alcanza para
clasificar, otras veces no. A continuación, comienza un nuevo torneo, el equipo
no funciona, hay corto circuito, y vuelven a cambiar el fusible que es el entrenador.
Es lo mismo. 4 entrenadores en dos años; y para ajustar, cuatro presidentes en
el mismo periodo de tiempo.
Dicen en mi ciudad
que “cuando uno no sabe para dónde va, cualquier bus le sirve”. Ahora perdonen
lo duro del parafraseo, pero hay que decirlo: “cuando un equipo no tiene claro
su norte, cualquier técnico le sirve, cualquier jugador también, y como en el
DIM, hasta cualquier presidente”.
Claro, uno entiende
que en estos tiempos de competitividad excesiva los resultados sean los que
gobiernen. Por eso se volvió norma el “hay que ganar, y ganar como sea”. Esa
parece ser la peligrosa consigna que se aplica en el fútbol y en muchos
sectores y actividades de la sociedad. Peligroso pensamiento. Se perdieron el
direccionamiento, el pensamiento estratégico y la planeación. Algunos han ganado
de cualquier forma, pero eso no puede ser motivo suficiente para que algunos
justifiquen la consigna.
Debo confesar que le
creo mucho a Hernán Torres. Es un técnico serio y trabajador. Es un buen tipo y
sus intenciones son claras. Ojalá logre con el Medellín lo que él sueña. Eso
sí, no veo claridad ni en la institución, ni el sus directivos, ni en sus
accionistas, ni en el grupo de jugadores. Esos serán los mayores obstáculos
para Torres. Ojalá los supere. Gómez, Pérez y Sarmiento no pudieron hacerlos. Y
la verdad, a los tres también les creía. Esta película ya la vimos…
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