sábado, 1 de marzo de 2014

Esta película ya la vimos…


Vuelve y juega. Ahora es Hernán Torres el que toma el comando técnico del independiente Medellín. Un nuevo técnico. ¿Uno más? ¡Qué rápido pasaron Bolillo, Oscar Pérez y Pedro Sarmiento! ¿Malos técnicos o equipos malos?, muy difícil saberlo si “el proyecto” duró de 10 o 13 partido. El cuadro rojo no es la excepción a la norma del fútbol colombiano: cuando las cosas no funcionan, el técnico se debe ir.  “En todo el mundo es así”, dirán algunos. “En todo el mundo los torneos no son tan cortos”, respondo yo.

La historia en el equipo rojo se repite: el técnico llega casi en la mitad del torneo, habla de un proyecto, no tiene tiempo para trabajar, hace ajustes sobre la marcha y  el equipo consigue algunos resultados que ilusionan.  A veces alcanza para clasificar, otras veces no. A continuación, comienza un nuevo torneo, el equipo no funciona, hay corto circuito, y vuelven a cambiar el fusible que es el entrenador. Es lo mismo. 4 entrenadores en dos años; y para ajustar, cuatro presidentes en el mismo periodo de tiempo.

Dicen en mi ciudad que “cuando uno no sabe para dónde va, cualquier bus le sirve”. Ahora perdonen lo duro del parafraseo, pero hay que decirlo: “cuando un equipo no tiene claro su norte, cualquier técnico le sirve, cualquier jugador también, y como en el DIM, hasta cualquier presidente”.

Claro, uno entiende que en estos tiempos de competitividad excesiva los resultados sean los que gobiernen. Por eso se volvió norma el “hay que ganar, y ganar como sea”. Esa parece ser la peligrosa consigna que se aplica en el fútbol y en muchos sectores y actividades de la sociedad. Peligroso pensamiento. Se perdieron el direccionamiento, el pensamiento estratégico y la planeación. Algunos han ganado de cualquier forma, pero eso no puede ser motivo suficiente para que algunos justifiquen la consigna. 

Debo confesar que le creo mucho a Hernán Torres. Es un técnico serio y trabajador. Es un buen tipo y sus intenciones son claras. Ojalá logre con el Medellín lo que él sueña. Eso sí, no veo claridad ni en la institución, ni el sus directivos, ni en sus accionistas, ni en el grupo de jugadores. Esos serán los mayores obstáculos para Torres. Ojalá los supere. Gómez, Pérez y Sarmiento no pudieron hacerlos. Y la verdad, a los tres también les creía. Esta película ya la vimos…

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