Podría ser cualquiera…
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio
Publicado en el Periódico Q´hubo el miércoles 14 de noviembre
Cualquiera
puede ganar. Esa es la "gracia" de la liga nuestra. Fácilmente
podemos ver celebrando el título al Pasto, que entró de último, o al Tolima,
que cambió de técnico en la mitad del torneo. Ninguna ventaja real tiene
Millonarios, que cabalgó el torneo. El acumulado hasta hoy poco o nada importa
para definir al nuevo campeón. A partir del sábado, borrón y cuenta nueva. En 6
partidos, cada equipo buscará el tiquete a la final. Nada hay garantizado.
Como siempre, uno debe esperar la sorpresa en la final, que suele ser uno de los llamados "chicos" o de "poca tradición". En esta ocasión, Itaguí y Equidad en un grupo, y Pasto en el otro, son los invitados a cumplir ese rol. La historia nos recuerda que Huila, Equidad y Pasto han tenido ese privilegio desde que el torneo se juega por cuadrangulares.
Para Antioquia el sueño de una final paisa como se vivió en el 2004, se esfumó con el sorteo. La suerte eligió que solo uno de ellos tenga esa opción siempre y cuando supere al capitalino Equidad. Tener 3 de 4 equipos en un grupo hace suponer a muchos que la casilla en la final para el departamento está lista, pensamiento que de entrada comete el error de subestimar a Equidad, uno de los más complicados rivales por su estilo calculador, fuerte y poco vistoso.
De los 8, gana cualquiera y cualquiera de los favoritos se puede desmoronar. Es un torneo corto donde gana el que esté en su momento. No es un torneo para procesos o propuestas de estilo con mucha identidad.
Las fortalezas
son evidentes: en Nacional, la nómina; en Medellín, su técnico; en Itaguí, su
estilo; en Equidad, su táctica; en Tolima, el talento de Marrugo; en Junior. Su
delantera; en Pasto, su plaza; y en Millonarios, su regularidad. Eso sí, las
debilidades también saltan a la vista: en Nacional, su irregularidad en casa;
en Medellín, su falta de gol; en Itaguí, el bajón en los últimos juegos; en
Pasto, su intermitencia; en Junior, su pobre campaña por fuera; en Tolima, su
fragilidad defensiva; y en Millonarios, su doble compromiso con la Suramericana
y la Liga.
A partir del sábado, se parte de ceros. Todos tienen la misma opción. La única ventaja, que no es tal porque solo aplica en circunstancias de empate, es el famoso "punto invisible". Que gane el mejor, aunque es difícil que lo haga, en un torneo corto de solo 6 juegos, favorable al que tenga un buen momento.
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