viernes, 14 de diciembre de 2012

Tiro Libre 37 - Seamos directos…


Seamos directos…
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna Tiro Libre del periódico Qhubo el miércoles 12 de diciembre de 2012

Seamos sinceros: ni el más optimista de los hinchas del Medellín hubiera apostado un peso hace 5 meses a que su quipo jugaría la final. Es más, a cinco fechas de terminar la fase regular de la Liga, muy pocos creían que le alcanzaría para estar en cuadrangulares.

Seamos realistas: en el mes de julio, el DIM estaba más cerca de desaparecer, o en el mejor de los casos, de irse a jugar a la B, que de estar como flamante representante de Antioquia en la final del torneo.

Seamos honestos: este Medellín ha hecho demasiado con muy poco. No es secreto para nadie que la nómina del rojo, en términos de cantidad, es muy corta; y en términos de calidad, comparada con las de otros equipos, no es la mejor.

Seamos reflexivos: el país entero le dio la espalda a Bolillo Gómez y lo sacó del fútbol porque cometió un error humano del que se arrepintió públicamente, pero del que se valieron para condenarlo y marginarlo. Hoy más que una revancha, lo de Hernán es una demostración de que los seres humanos, todos, siempre mereceremos una nueva oportunidad. Él  la aprovechó y vuelve a estar en el sitial de honor que se merece como técnico de fútbol.

Seamos lógicos: la presión en la final es para Millonarios por muchas razones. Fueron primeros todo el torneo, el rival de plaza les quedó campeón a mitad de año, llevan 24 años sin saborear un título, su técnico no ha logrado redondear ninguna campaña y la prensa capitalina ha vendido la idea de que el título está muy cercano.

Seamos repetitivos: en el fútbol local, las cargas hace rato están equilibradas. La final del torneo la jugarán el primero del torneo a lo largo del segundo semestre, y el equipo que entró de octavo. No hay diferencia, ni hay ventajas. Las campañas en la fase regular y en los cuadrangulares ya son historia. La final son dos juegos en los que se resuelve el título. Tiene gracia como atractivo para el público; yen esta instancia, el nivel  del certamen poco importa. Serán sendos llenos y 180 minutos para conocer al campeón.

Por lo anterior, seamos positivos: Medellín está en la final, tiene opción de ser campeón y darle una gran alegría a su hinchada y por extensión, a todo el departamento. Es posible y es viable.

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