Humanamente imperfecto; sospechosamente también
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio
Publicado en la columna "De largo aliento" enn el periódico El Deportivo, el lunes 4 de junnio de 2012
Cada jornada de fútbol, sin importar si se trata del torneo criollo, de la Champions o de la eliminatoria al mundial, deja sinsabores y amarguras por el arbitraje. Más allá de los puntos conseguidos, los goles observados y el destello de algunas figuras del balompié suramericano, la polémica este fin de semana apareció por los reclamos de penales no sancionados, las expulsiones injustas o las jugadas dudosas que los doctos comentaristas pudieron apreciar en 8 cámaras diferentes, mientras los encargados de aplicar el reglamento apenas palparon a la velocidad real del juego.
Para muchos, el árbitro es el lunar natural de este juego; y para otros, es el actor necesario para recordarnos en la cancha la imperfección humana. Suena bonito y justifica la posición de la FIFA ante el uso de la tecnología, pero es injusto con los árbitros y con los verdaderos protagonistas de este deporte.
En el baloncesto de la NBA, muy pocas veces los árbitros son protagonistas. Las jugadas de apreciación son pocas, y en muchas, se apela al video para dilucidar dudas. Si un lanzamiento fue o no de 3 puntos, o si se hizo sobre el tiempo antes o después de terminar el reloj son asuntos que los jueces consultan en el video y sin que nadie proteste revesan o ratifican una decisión. Igual ocurre en el tenis de campo, en el rugby y en otras disciplinas, que entienden que el espectáculo debe primar y que una decisión dudosa del encargado de aplicar el reglamento puede tirar al traste el trabajo de un colectivo o la ilusión de un pueblo.
Argumentos para no pensar en las ayudas tecnológicas se escuchan a diario: que pierde emoción, que se corta el ritmo de juego, que el fútbol se concibió así, que es inequitativo por el acceso a la tecnología en algunos lugares del mundo, que la gracia del fútbol es esa, que se pierde polémica… Argumentos para pensar en usarla también los hay; basta uno: que el que administre la justicia pueda ser más justo.
Acepto que el árbitro sea humanamente imperfecto, porque es natural; pero considero que esa imperfección del fútbol es sospechosa; y más ahora, que la tecnología ofrece todo tipo de recursos que podrían hacerlo menos injusto. ¿Para qué tan imperfecto? Se me ocurre una respuesta: para manipularlo.
Los argumentos en contra de la Tecnología en el fútbol son muy pobres y comparto esa respuesta final, no se me ocurre otra para tanta oposición para algo que terminaría con tantas polémicas, polémicas que no tienen nada que ver con la Táctica, la Técnica o demás temas propios del Fútbol.
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