Cuando uno está enredado está enredad
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio
Publicado en la columna Tiro Libre del periódico Q´Hubo el 27 de junio de 2012
Publicado en la columna Tiro Libre del periódico Q´Hubo el 27 de junio de 2012
Hay una vieja fórmula matemática que se estudia en las teorías de la comunicación: Rumor= Importacia x Ambigüedad. Como es una multiplicación, si cualquiera de los dos factores aumenta, el resultado crece. Es decir, que mientras más confusa sea la información sobre un hecho o mientras más importante sea el tema o el personaje involucrado, el rumor tendrá mayor fuerza. En el caso de la posible negociación del DIM, el multiplicando ha sido la falta de claridad y por tanto, el resultado ha sido la desinformación, los múltiples rumores y la confusión total.
Que ya lo vendieron, pero que no lo han comprado. Que renunció Ciro, pero que se queda de accionista. Que hay un preacuerdo, pero que no está firmado. Que no es el grupo Corbeta sino unos accionistas privados. Que Bolillo se queda, pero que tiene otras ofertas. Que el negocio ha avanzado mucho, pero que las deudas del equipo no están claras. Que se había hablado con 4 refuerzos, pero que las negociaciones están paradas... Se dice de todo, pero ¿cuál es la verdad?
No es sano que en un momento de crisis institucional, el rumor sea el protagonista; y más, cuando es resultado de la falta de comunicación oficial. Está bien que se trate de un negocio entre privados, pero el interés público que tiene el asunto amerita mucha claridad. Los hechos reales confirmados son pocos y muy elocuentes: 5 jugadores se han ido, los hinchas organizaron un movimiento de protesta sólido, el presidente (o ex, no sé) habló ayer sin decir nada claro y los días corren en contra. Hoy miércoles faltan 32 días para que comience la Liga del segundo semestre, y Medellín está a 11 puntos del descenso y a 6 de la promoción.
¿Será mucho pedirle al club que como institución haga claridad? ¿O será que al interior están más enredados que nosotros? Triste que sea lo segundo, porque ahí toca resignarnos como la chica del viejo comercial de tv y aceptar que "cuando uno está enredado, está enredado". Ojalá le llegue al cuadro rojo su príncipe azul, para que esta historia con cara de pesadilla tenga un final feliz. De lo contario, la celebración del primer centenario de un club de fútbol en Colombia se tendrá que hacer en la B.
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