domingo, 4 de marzo de 2012

SUEÑOS DE NIÑOS QUE QUIEREN SER OLÍMPICOS

SUEÑOS DE NIÑOS QUE QUIEREN SER OLÍMPICOS
Por Jhon Jaime Osorio Osorio
Columna "DE largo aliento", publicada en el periódico el Deportivo el lunes 5 de marzo de 2012

En Medellín hay regocijo, alegría y celebración. La elección de la ciudad como una de las ciudades candidatas para ser sede de los Terceros Juegos Olímpicos de la Juventud en el 2018 ha generado reacciones positivas en la ciudadanía y obviamente en sus dirigentes.  La lucha será con Buenos Aires, Guadalajara, Glasgow, Poznan y Rotterdam. No será fácil, pero Medellín sueña. Qué bueno por la ciudad y por el país; y qué bueno por el deporte  infantil de Colombia, que en medio de tantas noticias negativas tiene hoy una esperanza.

Si a Medellín le dan la sede, asunto que se definirá en julio de 2013, el país necesitará unos excelentes deportistas para que nos representen dignamente dentro de 5 años. Hay que recordar el viejo refrán de la tradición popular paisa tan bien aplicado en los Juegos Suramericanos del 2010 y tan mal aplicado en el Mundial sub 20: “no se puede hacer la fiesta en la casa  para que venga otro y se nos baile la novia”. Si nos dan la sede olímpica juvenil, hay que trabajar para que los colombianos sean los mejores anfitriones y los protagonistas competitivos de esa olimpiada.

Los juveniles del 2018 son los infantiles y preinfantiles de hoy. Son los mismos deportistas que asisten a festivales y a sus primeros campeonatos nacionales de cuenta de sus padres. Los que cuando sufren una fractura o tienen un problema de salud hacen fila en la EPS o el Sisben vistiendo la camiseta de su departamento o del país, porque los entes departamentales y nacionales poco apoyo les brindan al respecto; los que por vocación y gusto dedican 5 o 6 horas al día a entrenar, peleando con los rectores de sus colegios para que entiendan que ellos son “niños deportistas de alta competencia”, concepto que ni para el Estado ni para la academia ha tenido claridad. En el caso de Antioquia, por ejemplo, y sé que en muchos departamentos es igual, los entrenadores de esos colombianos que representarán al país en los Olímpicos del 2018 empezaron el tercer mes del año sin contrato, trabajando por no truncar el proceso y por amor al deporte.

Mientras los gobernantes de turno piensan solo en ganar los Juegos Nacionales,  hay una nueva generación, olvidada por los institutos  departamentales y por el Comité Olímpico, y poco atendida por Coldeportes, que empieza a soñar con una olimpiada juvenil “en el patio de su casa”. Qué pena con Glasgow y las demás, pero ojalá sea Medellín. Por el bien del deporte y por una generación de deportistas que en las condiciones actuales se puede perder. Señores del COI: háganle un bien a la niñez deportiva de Colombia. 

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