EL DEL FÚTBOL, UN CURIOSO NEGOCIO
Por Jhon Jaime Osorio
Publicado en la columna Tiro Libre del periódico Q´Hubo el miércoles 11 de abril de 2012
El fútbol profesional es un negocio demasiado curioso. Es emocional: si se gana hay taquillas buenas y si se pierde se afecta el ingreso económico. Es injusto: al técnico lo contratan para que sea el director de producción, pero si el equipo no da resultados rápido lo destituyen sin evaluar primero la materia prima o su trabajo específico. Y es particular: si un jugador no rinde en la cancha el directivo no se atreve a sancionarlo porque devalúa el producto y pone en riesgo el capital.
El fútbol profesional es un negocio demasiado curioso. Es emocional: si se gana hay taquillas buenas y si se pierde se afecta el ingreso económico. Es injusto: al técnico lo contratan para que sea el director de producción, pero si el equipo no da resultados rápido lo destituyen sin evaluar primero la materia prima o su trabajo específico. Y es particular: si un jugador no rinde en la cancha el directivo no se atreve a sancionarlo porque devalúa el producto y pone en riesgo el capital.
Es un negocio de millones que tiene problemas de pesos. La Dimayor como organización es boyante; los ingresos por los derechos de televisión y de publicidad por el nombre de la Liga representan cifras altísimas. Sin embargo, muchos de los clubes socios de la entidad se atrasan en lo fundamental para cualquier tipo de empresa: los salarios de sus empleados y la seguridad social. Es un contrasentido tener una organización con dinero pero con socios en quiebra.
Otra particularidad es que siendo empresa privada ofrece su espectáculo en escenarios públicos y para su logística afecta la dinámica social en materia de transporte, seguridad y servicios. Si bien pagan por el arriendo de los estadios, el control de espectáculo se hace de cuenta de la municipalidad: agentes de tránsito, oficiales de policía, funcionarios de Espacio Público, de la Personería, de las secretarías de Gobierno y Hacienda, y de otras entidades trabajan de cuenta del erario público para que la "fiesta del fútbol" salga bien.
Como será de particular el negocio del fútbol que para que funcione son fundamentales los hinchas, pero a la hora de tomar las decisiones sus opiniones no son tomadas en cuenta, sencillamente “porque ellos son emocionales y pasionales”; los racionales son los directivos, que manejan el dinero y reciben las ganancias.
Definitivamente es un negocio bien curioso, y bien rentable. Si no lo fuera, no tantos querrían estar en él y los que están se querrían ir; y siguen ahí.
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