viernes, 20 de julio de 2012

De largo aliento (20 de julio e 2012) - No ha empezado el torneo y ya hubo desmanes


No ha empezado el torneo y ya hubo desmanes
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "De largo aliento" del periódico El Deportivo el 20 de julio de 2012

Otra vez fútbol y volvimos a caer a la triste realidad. Disturbios, desmanes, enfrentamientos, heridos, destrozos, ataques a transportadores… Después del juego de ida por la Súper Liga de Campeones entre Junior y Nacional  en Barranquilla, nuevamente los desadaptados hicieron su fiesta, esta vez en los alrededores del Metropolitano. ¡Qué pereza! Nuevamente actos vandálicos que ningún bien le hacen al fútbol ni a la sociedad, y que lo único que hacen es alejar al público de los escenarios. Eso sí, no más eufemismos, llamemos las cosas por su nombre.

No es un problema del fútbol, es de la sociedad. No son hinchas, son delincuentes. No son hechos aislados, son episodios frecuentes y repetitivos. Tampoco sigamos con el discurso aquel de que son unos pocos vándalos; son pandillas, bandas completas y numerosas. No es un asunto de Nacional, Junior, Millonarios o América; es un asunto de cada que hay fútbol. Y el problema no está en los estadios, sino por fuera de él, en sus alrededores. En este caso, el fútbol no es más que un pretexto para delinquir, para hacer daño.

Luego de una final limpia y respetuosa entre Santa Fe y Pasto, en la que no hubo incidentes de este tipo, tocó aterrizar nuevamente en la cotidianidad. Tristemente hay que mirar lo de la final como un caso excepcional.

Con todos los problemas que pueda tener para su aplicación, la herramienta jurídica para controlar este mal existe. Se trata de la Ley1445 de 2011, o Ley del Fútbol, que establece las sanciones y los controles para este tipo de situaciones. El asunto ya no es de diagnóstico o de estudios; es urgente la socialización y la implementación de herramientas para poderla cumplir. En esta tarea se requieren compromiso y recursos del gobierno nacional y de las administraciones municipales. Es hora de aplicarla y con rigor. 

Obviamente, el problema de fondo no está en la norma. Es un asunto de descomposición social. No basta con medidas de control, con mesas de trabajo en las ciudades o con más fuerza pública. Eso se necesita; pero también llegó la hora de hablar de cultura ciudadana. Lo mejor, es que el fútbol puede ser un buen pretexto para ello. 

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