No ha empezado el torneo y ya hubo desmanes
Por
Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio
Publicado en la columna "De largo aliento" del periódico El Deportivo el 20 de julio de 2012
Otra
vez fútbol y volvimos a caer a la triste realidad. Disturbios, desmanes,
enfrentamientos, heridos, destrozos, ataques a transportadores… Después del
juego de ida por la Súper Liga de Campeones entre Junior y Nacional en Barranquilla, nuevamente los desadaptados
hicieron su fiesta, esta vez en los alrededores del Metropolitano. ¡Qué pereza!
Nuevamente actos vandálicos que ningún bien le hacen al fútbol ni a la
sociedad, y que lo único que hacen es alejar al público de los escenarios. Eso
sí, no más eufemismos, llamemos las cosas por su nombre.
No
es un problema del fútbol, es de la sociedad. No son hinchas, son delincuentes.
No son hechos aislados, son episodios frecuentes y repetitivos. Tampoco sigamos
con el discurso aquel de que son unos pocos vándalos; son pandillas, bandas
completas y numerosas. No es un asunto de Nacional, Junior, Millonarios o
América; es un asunto de cada que hay fútbol. Y el problema no está en los
estadios, sino por fuera de él, en sus alrededores. En este caso, el fútbol no
es más que un pretexto para delinquir, para hacer daño.
Luego
de una final limpia y respetuosa entre Santa Fe y Pasto, en la que no hubo
incidentes de este tipo, tocó aterrizar nuevamente en la cotidianidad.
Tristemente hay que mirar lo de la final como un caso excepcional.
Con
todos los problemas que pueda tener para su aplicación, la herramienta jurídica
para controlar este mal existe. Se trata de la Ley1445 de 2011, o Ley del
Fútbol, que establece las sanciones y los controles para este tipo de
situaciones. El asunto ya no es de diagnóstico o de estudios; es urgente la
socialización y la implementación de herramientas para poderla cumplir. En esta
tarea se requieren compromiso y recursos del gobierno nacional y de las
administraciones municipales. Es hora de aplicarla y con rigor.
Obviamente,
el problema de fondo no está en la norma. Es un asunto de descomposición
social. No basta con medidas de control, con mesas de trabajo en las ciudades o
con más fuerza pública. Eso se necesita; pero también llegó la hora de hablar
de cultura ciudadana. Lo mejor, es que el fútbol puede ser un buen pretexto
para ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario