lunes, 30 de julio de 2012

De largo aliento (27 de julio de 2012) -

Son los mejores, y es contra ellos
Por Jhon Jaime Osorio

Publicado en la columna "De largo aliento" del periódico El Deportivo en viernes 27 de julio de 2012

A los Olímpicos van los mejores deportistas del mundo; entre ellos los 104 colombianos. Decir que Colombia perdió en el fútbol femenino con un equipo muy discreto es desconocer un proceso de clasificación, en el que Colombia fue el segundo de Suramérica y Corea del Norte segundo de Asia. Decir que  Falla no tiene suerte porque debe enfrentar a Federer en primera ronda es ignorar el sistema de competencia del tenis. En los Olímpicos, en cualquier deporte, para aspirar a una medalla, hay que ganarle a los mejores; y si toca hacerlo de entrada, mejor.

A Falla le tocó cruzarse con Federer en el tenis; Fabio Duarte se enfrentará con Wiggins y Cancellara en la Contra Reloj del ciclismo y  a la selección femenina de fútbol le tocó en el grupo del campeón del mundo, Estados Unidos. Si jugamos a las posibilidades, a Isidro Montoya le podría tocar en una misma serie de los 100 metros con Usain Bolt y  a Omar Pinzón en uno de los carriles al lado de Michael Phelps. Así son los olímpicos, y nada de lo que pase en temas de programación o resultados debería sorprendernos.  Los más de 10.000 deportistas que están en Londres llevan 4 años preparándose para esta cita; si bien hay deportistas fuera de serie, el deporte nos ha enseñado que no hay invencibles. Sorprendámonos con el deporte, pero no con sus hechos normales sino con los sucesos realmente fuera de lo común.

En este inicio, por ejemplo, las noticias relacionadas con temas extradeportivos son las que llaman la atención. Que un lanzador griego salga positivo por doping o que una atleta del salto triple sea expulsada por declaraciones racistas son hechos inaceptables. Eso sí, dentro de la gran variedad de aspectos relacionados con el deporte, esos dos son asuntos susceptibles de ocurrir. El deporte es parte activa de la sociedad, y como tal la permea y es permeada por ella. Por fortuna, no son colombianos los involucrados; porque en un país de realities, donde el conflicto es lo atractivo y los errores nunca se perdonan,  un compatriota involucrado en un tema de esos sería vilipendiado.

Disfrutemos los juegos como lo que son: un encuentro de culturas y una gran competencia. Estar allí ya es un gran paso de los colombianos y ganarle a los mejores para destronarlos es un sueño… realizable.

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