lunes, 3 de septiembre de 2012

De largo aliento (3 de septiembre de 2012) - ¿Pasó rápido la fiebre?


¿Pasó rápido la fiebre?
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "De largo aliento" del periódico El Deportivo el 3 de septiembre de 2012

Hace apenas 3 semanas que terminaron los Juegos Olímpicos. Hace 2, todavía había carrozas, promesas, discursos, tarimas, abrazos, fotos, grandes titulares y desfiles en torno al deporte. Hace una, la fiebre empezó a ceder, y hoy lunes siento como que si país hubiera dejado atrás todos los síntomas provocados por los deportistas para volver a su normalidad.

No lo digo por los deportistas Olímpicos, que siguen siendo grandes referentes y son invitados permanentes a todo tipo de eventos. Con ellos, la fiebre bajó mucho, pero todavía se siente; particularmente en las calles, en el ciudadano común. Eso sí, las emocionales promesas políticas de un ministerio, apoyos a granel, becas, casas, pistas y escenarios se van quedando peligrosamente calladas con el pasar de los días.

Creí que esa fiebre nos iba a contagiar por buen rato, que el deporte iba a ser una epidemia nacional; pero no lo fue. Después de las 8 medallas de Londres, hemos visto lograr para el país un título mundial de Ultimate, dos oros y una plata en los mundiales de ciclismo juvenil, la primera medalla de Colombia en un mundial de Racquetball y el subtítulo ayer el Tour de L´Avenir, entre otros logros  importantes. Todo esto en 3 semanas; sin mucha prensa, sin grandes transmisiones y sin carrozas, desfiles y tarimas. Bueno,  y también si promesas.

No estoy queriendo decir con esto que cada que se gane algo en el deporte mundial el país deba paralizarse; pero sí al menos debería sentirse orgulloso. O dicho de otra forma, el país no debería pasar de agache ante sus títulos deportivos; como lo ha hecho en algunas de estas hazañas.  Después de los Olímpicos, siento que particularmente en los medios y en nuestra dirigencia política hemos vuelto a la cotidianidad de siempre, a ignorar de tajo los deportes como actividades que generan identidad nacional y que dan representación. 

De ese marasmo de siempre solo nos libró Falcao García; que puso al país en el primer renglón del fútbol mundial  gracias a sus tripletas. Al menos el fútbol sigue siendo enfermedad nacional. Recemos para que con el aporte del Tigre, el viernes el juego de eliminatoria nos provoque otra fuerte fiebre de alegría, que no sea pasajera, y que no vayamos a tener otro dolo nacional, como el que nos ha provocado la selección durante años. Por ahora, siento que se nos quitó la fiebre olímpica, y que ahora padecemos una mala salud deportiva. Ojalá llegue el remedio

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