miércoles, 26 de septiembre de 2012

Tiro libre 27 - El tema no son los títulos, sino la ética


El tema no son los títulos, sino la ética
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "Tiro libre" de periódico Qhubo el 26 de septiembre de 2012

No se engañemos: el tema de fondo no es la devolución de los títulos de Millonarios. Tal vez ni lo hagan, pero el solo hecho de pensarlo y decirlo públicamente armó una gran polémica. Como casi siempre en los asuntos del fútbol y del país, la discusión se quedó en la superficie, en la acción, y no fue al fondo del tema, a las causas y a las implicaciones que tiene el anuncio. Para mí, lo que emerge de fondo es una relación nunca antes tocada entre ética y fútbol, que gracias al señor Gaitán nos tiene que poner a pensar.

Sobre el tema, hago tres apuntes concretos. Lo primero es que el narcotráfico de los 80 permeó muchas actividades en Colombia y seguramente el fútbol no fue la excepción. Lo segundo es que como la mayoría de las acciones de la mafia en esos años, las pruebas sobre su presencia en el balompié no existen, fueron borradas o están ocultas; lo que impide cualquier acción legal. Y lo tercero es que las declaraciones del presidente de Millonarios revolcaron sentimientos y envidias, y despertaron fantasmas y mitos de un tema triste y penoso de nuestra historia.

Por lo anterior, insisto en que el tema no es si se devuelven o no los títulos de Millos, ni cuál equipo tiene más títulos dudosos. Ni Gaitán aseguró  que sea un hecho, ni afirmó que lo oscuro de las dos estrellas ochenteras esté comprobado. La propuesta invita a mirar al pasado, esculcar en la historia y, sobretodo, revaluar un tema al que el país futbolero le había echado tierrita por temor o conveniencia, proponiendo auto-sanciones por posibles pecados de esos tiempos oscuros, es de por sí una invitación a pensar éticamente. Invita a la reflexión, al debate, a la sana discusión sobre la transparencia del fútbol. Gran aporte del presidente azul.

A diario nos quejamos de que el fútbol está contaminado. Dudamos de los directivos, de los periodistas, de las barras, de los árbitros, de los empresarios y de los patrocinadores. El domingo, por ejemplo, todos reclamábamos trasparencia en los arbitrajes. Ayer nos hablaron de transparencia en la historia y más de uno dijo que era inapropiado, atemporal, innecesario, desfasado y peligroso. ¿Entonces? Por doloroso que sea, si el fútbol tiene sus “fosas comunes”, hay que abrirlas y empezar la reparación. 

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