El tema no son los títulos,
sino la ética
Por
Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio
Publicado en la columna "Tiro libre" de periódico Qhubo el 26 de septiembre de 2012
No
se engañemos: el tema de fondo no es la devolución de los títulos de
Millonarios. Tal vez ni lo hagan, pero el solo hecho de pensarlo y decirlo
públicamente armó una gran polémica. Como casi siempre en los asuntos del
fútbol y del país, la discusión se quedó en la superficie, en la acción, y no
fue al fondo del tema, a las causas y a las implicaciones que tiene el anuncio.
Para mí, lo que emerge de fondo es una relación nunca antes tocada entre ética
y fútbol, que gracias al señor Gaitán nos tiene que poner a pensar.
Sobre
el tema, hago tres apuntes concretos. Lo primero es que el narcotráfico de los
80 permeó muchas actividades en Colombia y seguramente el fútbol no fue la
excepción. Lo segundo es que como la mayoría de las acciones de la mafia en
esos años, las pruebas sobre su presencia en el balompié no existen, fueron
borradas o están ocultas; lo que impide cualquier acción legal. Y lo tercero es
que las declaraciones del presidente de Millonarios revolcaron sentimientos y
envidias, y despertaron fantasmas y mitos de un tema triste y penoso de nuestra
historia.
Por
lo anterior, insisto en que el tema no es si se devuelven o no los títulos de
Millos, ni cuál equipo tiene más títulos dudosos. Ni Gaitán aseguró que sea un hecho, ni afirmó que lo oscuro de
las dos estrellas ochenteras esté comprobado. La propuesta invita a mirar al
pasado, esculcar en la historia y, sobretodo, revaluar un tema al que el país
futbolero le había echado tierrita por temor o conveniencia, proponiendo
auto-sanciones por posibles pecados de esos tiempos oscuros, es de por sí una
invitación a pensar éticamente. Invita a la reflexión, al debate, a la sana
discusión sobre la transparencia del fútbol. Gran aporte del presidente azul.
A
diario nos quejamos de que el fútbol está contaminado. Dudamos de los
directivos, de los periodistas, de las barras, de los árbitros, de los
empresarios y de los patrocinadores. El domingo, por ejemplo, todos reclamábamos
trasparencia en los arbitrajes. Ayer nos hablaron de transparencia en la
historia y más de uno dijo que era inapropiado, atemporal, innecesario,
desfasado y peligroso. ¿Entonces? Por doloroso que sea, si el fútbol tiene sus
“fosas comunes”, hay que abrirlas y empezar la reparación.
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