El espíritu deportivo, más vigente que nunca
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio
Publicado en la columna De largo aliento en el periòdico QHubo el miércoles 8 de agosto de 2012
Si usted no derramó una lágrima o no soltó un suspiro cuando el atleta chino Xiang Liu regresó a la pista después de haberse lesionado en la prueba de los 110 metros vallas para hacer el recorrido saltando en una sola pierna y besar el último obstáculo de la prueba; fue porque no la vio, no tiene corazón o no tiene claro lo que es el espíritu deportivo. Lo primero tiene solución en un buscador de internet; lo segundo es difícil de ablandar y depende de usted; lo tercero tal vez no sea su culpa, porque en un país sin cultura deportiva eso puede pasar.
Segunda oportunidad: ¿Se sensibilizó usted viendo correr al sudafricano Oscar Pistorius en los 400 metros?, ¿sintió admiración?, ¿pensó un momento en los absurdos límites que nos ponemos a diario en nuestras actividades cotidianas? Si lo hizo, ya entendió de manera simple ese abstracto concepto del espíritu deportivo. Si no, busquemos una tercera opción.
¿Es usted de los que todavía critica a los británicos porque pusieron a prender el pebetero a un grupo de muchachos y no a un reconocido deportista? Si la respuesta es afirmativa, las múltiples situaciones prácticas que nos ha regalado Londres para entender aquello del espíritu deportivo o espíritu olímpico no han sido suficientes en su caso. Menudo problema.
Es cierto que los Juegos Olímpicos tienen mucho de mercadeo, de política, de religión, de competencia, de cultura, de economía y de muchas otras actividades humanas; pero su verdadera razón de ser, porque así fueron concebidos, aunque muchos no lo crean o no lo entiendan, es recordarnos cada cuatro años que el deporte tiene una filosofía, una razón de ser que está por encima de cualquier resultado y cualquier otro aspecto. Enhorabuena, Londres nos descontaminó la mente. Bueno, no a todos; por lo menos a los que derramamos lágrimas ayer con Xiang Li, pensamos muchos con Pistorius y aplaudimos el mensaje a la juventud que cifraron en la inauguración.
Durante casi 5 meses, esta columna ha sido un tiro libre directo exclusivo del fútbol. Si usted hoy estaba esperando que hablara de inicio de la Liga, de la sorprendente selección femenina de Japón o del irregular Brasil en los Juegos, definitivamente no va a entender lo del espíritu. Dentro de 4 años trataré nuevamente de explicárselo.
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