viernes, 17 de agosto de 2012

De largo aliento (17 de agosto de 2012)-Emoción que obnubila


Emoción que obnubila
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio

Publicado en la columna "De largo aliento" del periódico El Deportivo, el 17 de agosto de 2012

El recibimiento que Colombia les dio a los deportistas olímpicos solo se compara con el esfuerzo que cada uno de ellos hizo en Londres para colgarse al cuello un metal olímpico. Bueno, también se compara con la ligereza de muchas de las propuestas y promesas de los politiqueros de oficio que aparecieron en paracaídas para recibir a los campeones.

Un ministerio del deporte, escuelas de formación por cada disciplina, más apoyo al deporte de base en la provincia, facultades de deporte en algunas subregiones del país, pistas y escenarios de toda índole, subsidios de vivienda, becas y mil cosas más. ¿Necesarias?, por supuesto. ¿Viables?, la mayoría no mucho.

El momento de alegría no nos puede obnubilar. Lo hecho en Londres supera cualquier actuación del deporte nacional. Es un punto demasiado alto. Mariana, Carlos Mario, Caterine, Jackeline, Óscar, los demás medallistas y los 104 deportistas que fueron a los Juegos merecen todos los reconocimientos; merecen paralizar ciudades enteras para  que les aplaudan a su paso; pero también garantías reales para su ciclo olímpico.   

Una pista, una beca o un subsidio son cosas que no deberían darse después de la medalla, sino que tendrían que ser parte del proceso de construcción de la misma. Un Ministerio debe ser una propuesta después de un estudio serio y no después de un momento emotivo como el actual; y las propuestas académicas o de formación para las provincias son tareas necesarias en las subregiones, no para sacar medallistas olímpicos sino para cumplir con un principio básico de equidad en el desarrollo.

¿Qué necesita un deportista olímpico? Cinco cosas fundamentales: un equipo de trabajo científico dispuesto y que no dependa de la voluntad política del momento; un fogueo permanente en el exterior, pues compitiendo y entrenando en casa no se logra ninguna medalla olímpica; garantías alimenticias y nutricionales, que para un deportista de alta competencia son especiales y muy diferentes a las de un ciudadano normal; un entrenador permanente, que si depende de un contrato con una institución del estado no puede tener meses sin vigencia, porque los tiempos del deporte son inflexibles; y un contrato fijo, porque el deportista de alta competencia es un profesional, y vive de hacer deporte. Estas cinco cosas no las puede suplir la familia del deportista; son obligación del  Estado al que el deportista representa.

Buenos los reconocimientos y las manifestaciones multitudinarias; pero no olviden que el pueblo salió a las calles por reconocimiento a sus ídolos y no por convocatoria de sus mandatarios.

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