Seamos directos…
Por Jhon Jaime Osorio
@jhonjaimeosorio
Publicado en la columna Tiro Libre del periódico Qhubo el miércoles 12 de diciembre de 2012
Seamos
sinceros: ni el más optimista de los hinchas del Medellín hubiera apostado un
peso hace 5 meses a que su quipo jugaría la final. Es más, a cinco fechas de
terminar la fase regular de la Liga, muy pocos creían que le alcanzaría para
estar en cuadrangulares.
Seamos
realistas: en el mes de julio, el DIM estaba más cerca de desaparecer, o en el
mejor de los casos, de irse a jugar a la B, que de estar como flamante
representante de Antioquia en la final del torneo.
Seamos
honestos: este Medellín ha hecho demasiado con muy poco. No es secreto para
nadie que la nómina del rojo, en términos de cantidad, es muy corta; y en
términos de calidad, comparada con las de otros equipos, no es la mejor.
Seamos
reflexivos: el país entero le dio la espalda a Bolillo Gómez y lo sacó del
fútbol porque cometió un error humano del que se arrepintió públicamente, pero
del que se valieron para condenarlo y marginarlo. Hoy más que una revancha, lo
de Hernán es una demostración de que los seres humanos, todos, siempre
mereceremos una nueva oportunidad. Él la
aprovechó y vuelve a estar en el sitial de honor que se merece como técnico de
fútbol.
Seamos lógicos: la presión en la final es para Millonarios por muchas razones. Fueron primeros todo el torneo, el rival de plaza les quedó campeón a mitad de año, llevan 24 años sin saborear un título, su técnico no ha logrado redondear ninguna campaña y la prensa capitalina ha vendido la idea de que el título está muy cercano.
Seamos
repetitivos: en el fútbol local, las cargas hace rato están equilibradas. La
final del torneo la jugarán el primero del torneo a lo largo del segundo
semestre, y el equipo que entró de octavo. No hay diferencia, ni hay ventajas.
Las campañas en la fase regular y en los cuadrangulares ya son historia. La
final son dos juegos en los que se resuelve el título. Tiene gracia como
atractivo para el público; yen esta instancia, el nivel del certamen poco importa. Serán sendos
llenos y 180 minutos para conocer al campeón.
Por lo
anterior, seamos positivos: Medellín está en la final, tiene opción de ser
campeón y darle una gran alegría a su hinchada y por extensión, a todo el
departamento. Es posible y es viable.